miércoles, 1 de septiembre de 2010

La rana ibérica vuelve a croar en Madrid

En la frecuente batalla en la naturaleza, en la lucha por la supervivencia, no siempre gana el más fuerte. Ésta vez, con ayuda del hombre, las ranas béricas se han impuesto a los salvelinos -un pez de la familia de los salmónidos-, sus principales depredadores , y volverán a poblar la sierra madrileña.

Cuatro décadas después de su extinción, las patilargas volverán a croar en las Lagunas del Parque Natural de Peñalara, donde el Director General de Medio Ambiente, Federico Ramos, ha soltado hoy doscientas crías con la esperanza de que la sierra de Madrid recupere sus ranas autóctonas.

Estos anfibios desaparecieron en los años 70 como consecuencia de la introducción de especies invasoras. El éxito de la recuperación de la rana ibérica ha sido posible gracias a la eliminación de los salvelinos, que se introdujeron por motivos de pesca y ocio, y que se ha tardado más de siete años en eliminar.

Los doscientos renacuajos han sido criados en el Centro de Cría en Cautividad de Anfibios Amenazados (Rascafría, Madrid) y elevan a 1.000 ejemplares la cantidad que el Ejecutivo regional ha soltado en esta zona desde 2005, cuando se soltaron las primeras.

"La rana ibérica es uno de los bioindicadores más fiables de la calidad medioambiental que reúne la sierra madrileña, porque al ser especies ultra sensibles, nos ayudan a saber si estamos actuando correctamente en la conservación de la sierra", ha señalado Ramos.

No obstante los expertos consideran que sólo sobrevivirán la mitad de las 200 crías, pues algunos serán "alimento de otras especies y otros tendrán algunos problemas". Además se instalarán equipos de grabación automática de los cantos de las ranas (frogloggers), que medirán la población y su evolución año tras año.

2 comentarios:

Susana Terrados dijo...

Viva las ranas, viva las ranas...¿te he dicho que me encantan las ranas?...todas.
Un verano, en mi pequeña piscina abandonada conté en superficie 42...jeje...era divertido oirlas todas juntas como un coro.
Ojalá que obtengan buenos resultado de esta experiencia y sobrevivan el máximo número de renacuajos. Por cierto, cuando era niña (lo lamento) me gustaba cazar renacuajos cerca del nacimiento del rio Manzanares. Otros tiempos.
Saluditos.

Anónimo dijo...

Yo no sé si las estruendosas ranas que oigo por la noche anunciándome el principio de la primavera son ibéricas, malagueñas o de raticulín...no me importa, me gusta su estruendo nocturno. Me gusta que me despierten en mitad de la noche, escuchar un pavo real quejándose o unos gansos asustados y volver a dormirme sabiendo que hay vida cerca.
Bsos