Hace 20.000 años, en la última glaciación, el mamut, el rinoceronte lanudo y el ciervo gigante deambulaban cómodamente por una Europa muy diferente a la actual. Otras especies, como el hipopótamo y la hiena, emprendieron un viaje por el mundo ante los cambios bruscos de temperaturas característicos de esta época geológica, el Pleistoceno. Pero no todos los animales tenían la misma capacidad de movimientos.
Un grupo de investigadores españoles ha demostrado que las especies endémicas de reptiles y anfibios del sur de Europa siguen delimitadas por las temperaturas de la última glaciación. A su juicio, los cambios climáticos del Cuaternario han afectado más a la distribución actual de la biodiversidad que el clima contemporáneo.
Foto: Una rana de ojos rojos (JÚPITER)
El geógrafo del CSIC Miguel Araújo, uno de los autores del estudio publicado en el último número de la revista Ecography, admite que su investigación va contracorriente en el ámbito de la ciencia. "Nuestros análisis contradicen estudios previos sobre la diversidad de especies a gran escala y apoyan la perspectiva de que el clima pasado puede contribuir a la riqueza de las especies actuales con independencia del clima contemporáneo o, al menos, tanto como el clima actual", expone.
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