sábado, 2 de febrero de 2008

Sangre y violencia en el Mundial de Gallos

Los gallos de pelea se convierten en ´gladiadores´ en el mundial que esta semana se celebra en Filipinas mientras dueños, espectadores y ´kristos´, los encargados de los envites, apuestan millones de pesos filipinos. Ser campeón allí, equivale a serlo del mundo.

Dos gallos con espolones en sus patas suben a la arena sujetos por sus entrenadores, éstos los encaran, los juntan hasta que se topan pico con pico y los vuelven a separar en repetidas ocasiones. Minutos más tarde ya están preparados para la lucha, primero merodean cada uno por su espacio para después, jaleados por el público, lanzarse a por su contrincante.

Entonces el espectáculo comienza, los ´kristos´ dan el pistoletazo de salida aconsejando al público por qué luchador debe apostar, gesticulan, se echan las manos a la cabeza y se mueven entre las gradas invitando al desenfreno.

Mientras tanto las aves saltan una encima de la otra, se hieren y van creando una atmósfera de sangre y plumas que no desluce el ambiente que hay tras las lunas de cristal que las separan del público, eminentemente masculino. Uno de los gallos cae en la arena y los gritos se vuelven más agudos, el árbitro, como si se tratase de un boxeador, intenta recuperarlo para que continúe la lucha, pero el animal, agotado antes de que el tiempo máximo estipulado, 10 minutos, venza, ya no da señales de vida.

De este modo, ininterrumpidamente, se producen las luchas, entre los más de 200 gallos concentrados en el manileño coliseo Araneta, en el que se celebra este Mundial de Peleas de Gallos en el que compiten participantes llegados de Estados Unidos, Australia, Japón, México o Taiwán.

Foto: EFE
Fuente Original de la noticia: 20 minutos

Actualización 14 de febrero de 08:

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