miércoles, 19 de marzo de 2008

El oso ibérico podría no ser tan distinto a sus parientes europeos

Durante mucho tiempo se ha creído que los osos pardos de la península son una población única que ha evolucionado aislada durante un largo periodo.

La teoría que sostenía esta particularidad hispánica planteaba que, durante las glaciaciones, los osos quedaron aislados en las tres penínsulas del sur de Europa (Ibérica, Itálica y Balcánica), donde fueron a refugiarse de los hielos septentrionales. Esta hipótesis se apoyaba también en el hecho de que, en la actualidad, los osos pardos españoles se encuentran aislados genéticamente.



Ahora, nuevos datos pueden acabar con el hecho diferencial del oso ibérico y es posible que ayuden a salvarlo.

Un estudio realizado por investigadores del Centro UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento indica que el aislamiento genético de estos animales es algo reciente en términos evolutivos. En un artículo publicado en PNAS se explica cómo se comparó el ADN de restos fósiles de oso pardo procedentes de distintos yacimientos con el de las dos poblaciones que en la actualidad viven en la Cordillera Cantábrica y el de otras poblaciones europeas.

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