Los inspectores de la Agencia Estatal de Protección Ambiental (IPAAM) confiscaron alrededor de ocho toneladas de cocodrilos despellejados y conservados en sal en la reserva natural de Piagacu-Purus, a unos 300 kilómetros al oeste de la capital estatal brasileña de Manaus.
"Nos quedamos sorprendidos y alarmados. Esto indica una operación comercial a gran escala", señala Aldenira Queiroz, responsable de la citada agencia.
La carne estaba destinada a ser vendida para consumo humano en el estado brasileño adyacente de Para, y ahora será probablemente incinerada tras su confiscación.
Las pieles de los cocodrilos, la parte más valiosa del animal, han sido arrojadas a ríos, según ha indicado un portavoz de IPAAM.
Algunos ecologistas ya habían denuciado que la reserva era el lugar predilecto para la caza de los políticos locales y empresarios adinerados de la zona.
La caza de cocodrilos en Brasil está prohibida por leyes federales, pese a que algunos expertos alertan de que hay superpoblación de esta estos animales en algunas zonas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario