Dos de los monos, todo un símbolo y atracción turística de la colonia, ya han recibido inyecciones letales, según ha declarado el responsable de turismo en Gibraltar, Ernest Britto. La decisión ha sido "un último recurso", ha dicho.
Un mono de Gibraltar, en una imagen de archivo. (Foto: Anton Meres | REUTERS)
Los habitantes de Gibraltar han convivido durante mucho tiempo con los animales, pero según Britto la conducta de una manada se les ha ido de las manos en las zonas turísticas de Catalan Bay y Sandy Bay.
"Los niños están asustados. La gente no deja las ventanas abiertas por miedo a que los monos les roben. Los macacos pueden morder y el contacto con ellos tiene riesgo de salmonela o hepatitis", dice el político.
Según dijo al parlamento gibraltareño el mes pasado, una vez que se complete el sacrificio de los 25 animales, quedarán 200 monos en el Peñón.
Durante cinco años, Gibraltar ha llevado a cabo un programa de control de natalidad para mantener a raya la población animal, pero está llevando tiempo que funcione.
Franco Ostuni, director general del Hotel Caleta, dice que los monos han irrumpido en las habitaciones para robar comida.
"Lo que tiene que finalizar es el daño que los animales están haciendo a Gibraltar, a la propiedad privada y a las personas, sin que nadie se haga responsable de ello", dijo.
Sin embargo, la Liga Internacional de Protección de Primates dice que estaba valorando pedir a los turistas que boicoteen Gibraltar si no cesa el sacrificio.
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