Un estudio publicado por científicos españoles en la revista PLoS Biology y cofinanciado por la Fundación BBVA viene a poner paz en el debate, ya que sus conclusiones resultarán satisfactorias para unos y otros.
Según el trabajo, dirigido por el biogeógrafo David Nogués-Bravo, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (del CSIC), no hay necesidad de pelea entre los partidarios de uno y otro factor. La respuesta es que ambos se combinaron: los cambios en el clima redujeron progresivamente el hábitat del mamut en Eurasia hasta límites casi insostenibles, mientras que la caza asestó el “golpe de gracia” a este icono de la prehistoria.
Según el trabajo, dirigido por el biogeógrafo David Nogués-Bravo, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (del CSIC), no hay necesidad de pelea entre los partidarios de uno y otro factor. La respuesta es que ambos se combinaron: los cambios en el clima redujeron progresivamente el hábitat del mamut en Eurasia hasta límites casi insostenibles, mientras que la caza asestó el “golpe de gracia” a este icono de la prehistoria.
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