La reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), celebrada la pasada semana en Santiago de Chile, se clausuró el viernes sin decisiones que modifiquen los actuales acuerdos en materia de caza de ballenas. Esto supone que Japón proseguirá con la caza científica en la Antártida y las comunidades indígenas de Groenlandia, Rusia y Alaska continuarán ejerciendo la caza de subsistencia, mientras persiste la moratoria en la actividad comercial ballenera.
Para los ecologistas, el resultado de esta 60ª asamblea ha supuesto un triunfo de los países balleneros, como Japón, Islandia, Noruega y Groenlandia. Según Bárbara Galleti, del Fondo Internacional para la Protección de los Animales y su Hábitat, “los países balleneros no han cedido en nada. Japón debió congelar sus programas de caza científica”.
Sin embargo, los comisionados de los países detractores de la caza se muestran esperanzados por los dos principales acuerdos de la reunión: modernizar la Comisión y crear un grupo de trabajo –formado por 24 de los 81 países que integran la CBI– cuya misión es buscar el consenso para un acuerdo que se materialice en la reunión del próximo año, que se celebrará en Portugal.
Asimismo, la CBI acordó la puesta en marcha de un programa de investigación para estudiar los efectos del cambio climático sobre las poblaciones de cetáceos.
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