Ellos también se medican

Cada vez hay más animales de compañía que sufren las llamadas “enfermedades de la sociedad del bienestar” (obesidad, trastornos de conducta…). Por eso, muchos propietarios ponen un tratamiento a sus mascotas con adelgazantes, ansiolíticos y otros fármacos que hasta hace poco eran solo para el consumo humano.

Según un estudio de la compañía Hillo’s Pet Nutrition, el 23% de los animales que viven en los hogares de EEUU y Europa son obesos, y más del 50% tienen sobrepeso.

Para paliar el problema se ha creado el primer adelgazante canino, Slentrol, cuya comercialización en España estaba prevista a partir de mayo). Este producto, desaconsejado para otros animales, actúa sobre el sistema digestivo bloqueando una proteína vinculada con la absorción de las grasas. Así, reduce la asimilación de lípidos desde el intestino y disminuye, así, la sensación de apetito.

Pero más allá de la obesidad, las mascotas sufren una gama de desórdenes alimenticios de lo más variopinta: desde vomitar el alimento involuntariamente hasta la anorexia. Muchas veces, estos trastornos se deben a causas fisiológicas, que incluyen dolencias renales y problemas bucales (irritación en las encías).

Ortodoncia canina. Si los ejemplares tienen los colmillos desviados pueden acabar perforándoles la lengua.

Pero el rechazo al alimento puede ser síntoma de un problema neurológico, ya que las mascotas también sufren ansiedad y estrés.

Afortunadamente, los psicofármacos también obran milagros con los animales. “Según las cifras que manejo, en España hay más de cuatro mil perros y felinos medicándose con pastillas”, afirma Miguel Ibáñez. Una cifra escasa, ya que, según el especialista: “Estoy convencido de que casi la mitad de los tres millones de mascotas de nuestro país necesita tratamiento con psicofármacos”.

Por si todo esto fuera poco, se acaba de crear la primera versión canina del Prozac, un fármaco llamado Reconcile que tiene a lomo argentino. Aún no está a la venta en España, pero si lo está el Clomicalm, un tranquilizante para mascotas.

Sin embargo, el nuevo reto de la industria veterinaria es encontrar fármacos para combatir los trastornos de la edad. Porque una investigación de la Universidad de Edimburgo demostró que los perros y los gatos pueden padecer un mal degenerativo, el síndrome de disfunción cognitiva, también conocido como alzhéimer animal. No existe cura para los animales que lo padecen, aunque sí hay un fármaco que podría aliviar sus síntomas. Se trata de la selegilina, comercializada en un compuesto llamado Anipryl.

Todo esto demuestra que los animales también son víctimas de los mismos males que nosotros. La diferencia es que ellos no pueden automedicarse.

Fragmentos extraidos de la revista QUO.
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