Este estudio se basa fundamentalmente en las labores desarrolladas en los yacimientos de la Cueva de Nerja y de la Cueva del Bajondillo.
Los resultados muestran que la zona costera de Málaga, que cuenta con 13 yacimientos arqueológicos paleolíticos de primer orden, entre ellos cinco con arte parietal paleolítico, era una región con una rica biodiversidad y sirvió de refugio en las fases más frías a fauna procedente de latitudes boreales.
Se da la circunstancia de que durante el último máximo glacial, hace 19.000 años, el nivel del mar estaba unos 120 metros por debajo del actual, la temperatura del agua era unos diez grados inferior a la actualidad y en la bahía de Málaga el mar estaba alejado unos diez kilómetros respecto a la orilla de nuestros días.
El Atlántico Norte se encontraba entonces congelado y las especies boreales emigraron a los refugios meridionales, según este experto. Por tanto, en la costa sur de la Península convivían las especies comunes de esta zona, como la cabra montés, el ciervo o el conejo con otras llegadas desde el Norte.
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Imagen sublime
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