"El rescate comenzó esta mañana temprano. Trasladamos a 12 de las ballenas piloto (también conocidas como calderón común) desde la playa de Anthony, donde fueron halladas ayer, hasta la de Godfrey, a 17 kilómetros de distancia", informó el jefe del Servicio de Parques y Fauna de la costa oeste de Tasmania, Chris Arthur.
"Desafortunadamente, uno de los cetáceos murió mientras lo devolvíamos al agua", dijo Arthur. Las ballenas piloto están entre las más pequeñas, normalmente, miden hasta cinco metros de largo y son oscuras, con la barriga gris. Su tamaño, relativamente pequeño permitió que los socorristas las rescataran.
Unos 60 voluntarios participaron en el rescate de este grupo de ballenas formado por ejemplares jóvenes y sus madres, que ahora se enfrentan a horas críticas en las que podrían volver a desorientarse y quedar varados.
Los animales fueron transportados por carretera 17 kilómetros para soltarlos en otra playa. Los biólogos han colocado chips de seguimiento en algunos de los cetáceos y realizarán un rastreo aéreo de la zona para vigilar el progreso del grupo, según Arthur. Los ejemplares muertos serán analizados y después incinerados para evitar infecciones en la playa.
Los casos de ballenas varadas ocurren de manera periódica en Australia y Nueva Zelanda por razones que no han sido descubiertas. Autoridades y voluntarios se esfuerzan por salvar a los ejemplares cuando esto ocurre, aunque a menudo sin éxito.
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