martes, 30 de diciembre de 2008

La historia de Alex, el loro más inteligente del mundo.

No era un loro cualquiera. Se llamaba Alex (acrónimo de 'Avian Learning Experiment') y llegó a desarrollar la inteligencia de un niño de cinco años.

Podía idenficar objetos, números, colores y formas, y distinguir entre «grande» y «pequeño», «igual» y «diferente». Manejaba un vocabulario propio de 150 palabras. Decía «lo siento» si se equivocaba y pedía «quiero volver» (a la jaula) cuando estaba cansado. En el momento de la despedida, le preguntaba a su amiga y profesora Irene Pepperberg: «¿Vendrás mañana?»


Ésas fueron precisamente las últimas palabras del loro (precedidas de "Sé buena, te quiero"), antes de morir repentinamente de un infarto o una arritmia en mitad de la noche. S

Y su necrológica fue la más leída en 2007 en periódicos como The Guardian.

Un año después de su despedida, la psicóloga y científica Irene Pepperberg rinde homenaje a su incomparable alumno en 'Alex y yo', el libro donde recoge las tres décadas de aprendizaje mutuo, que se ha convertido en un gran éxito de ventas.

Ella sostiene que esa capacidad para «pensar y ser consciente» (atribuible a los primates a partir de los estudios de Jane Goodall, y también a los delfines y otros mamíferos superiores) es hasta cierto punto aplicable a las aves, aunque tengan un cerebro del tamaño de una nuez. Agrega además que todo lo que aprendió Alex y lo que le faltaba por aprender -estaba empezando a identificar las letras y a trabajar con los fonemas en inglés- demuestra en su opinión que los loros son capaces no sólo de imitar, sino de «razonar a un nivel básico y usar palabras creativamente».

A pesar de las experiencia que pudo vivir gracias Alex, lo de esta mujer no deja de ser (al menos de momento) una mera opinión personal que no ha podido ser científicamente contrastada. Sin embargo, una vez expuesta, con lo que si podemos contrastar sus declaraciones es con vuestras conclusiones al respecto:

¿Pueden los animales RAZONAR o se limitar a actuar por puro instinto? En caso afirmativo ¿le otorgas este "don" únicamente a los mamíferos superiores o también a aquellos cuyos cerebros pueden ser tan pequeños como el de un loro?

2 comentarios:

Ralph dijo...

Yo creo que si se extrapola tamaño a capacidad no lo veremos así, pero si se analizan las posibilidades que ese cerebro les permite yo creo que podría ser equiparable al de otros animales que tienen capacidad de aprendizaje.Saludos.

Ralph dijo...

¿Sabe Puto Bocazas que le estas quitando su lugar de privilegio?