Los primeros animales que habitaron la Tierra no tenían huesos ni conchas. Por lo que se sabe hasta la fecha eran un grupo de especies de esponjas marinas, enmarcadas dentro de la conocida como fauna de Ediacara (en honor al primer yacimiento de estos organismos que se descubrió en las colinas del mismo nombre, en Australia) y pertenecientes a las extintas Demosponjas.
Al contrario que las especies actuales, ni siquiera tenían los esqueletos minerales, o espículas, cuyas espectaculares formas geométricas han hecho célebres a estos animales.
Al contrario que las especies actuales, ni siquiera tenían los esqueletos minerales, o espículas, cuyas espectaculares formas geométricas han hecho célebres a estos animales.
Estrato en el que hallaron las evidencias del animal más antiguo. | Nature
Por todo ello, acceder al registro fósil de estas formas de vida se antoja más complicado que el simple encuentro de unos huesos fosilizados. Hasta ahora los científicos situaban la aparición del que es el animal más antiguo hace 635 millones de años, después de una gran glaciación que da nombre al periodo Criogénico, en el Precámbrico. Una original investigación, publicada hoy en 'Nature' y liderada por el científico de la Universidad de California Gordon D. Love, ha demostrado la presencia de estos animales antes del final del citado periodo glacial.
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