viernes, 17 de abril de 2009

El saqueo del país de los lémures

El Parque Nacional de Marojejy, un santuario situado en el montañoso extremo noreste de Madagascar, clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y único refugio de uno de los primates más amenazados del planeta, el lémur sifaka sedoso, ha cerrado sus puertas.

Desde que un golpe de Estado colocó a Andry Rajoelina, un antiguo pinchadiscos de tan sólo 34 años, al frente del Gobierno, la anarquía se ha adueñado del país. Y bandas de hombres armados se pasean por Marojejy para saquear uno de sus recursos más preciados: la madera de palo de rosa.

La alerta ecológica en Madagascar no es una crisis interna. El 80% de su fauna no se puede encontrar en ninguna otra parte del mundo. Todos los lémures y la mitad de las especies de camaleón viven allí. Y sólo allí. Si una sola de estas especies únicas se extingue, desaparecerá de Madagascar, pero también de todo el planeta.

Por tanto, la supervivencia de las poblaciones de los amenazadísimos sifaka sedosos, que sólo existen en el parque y sus alrededores, podría ponerse en cuestión. Según las últimas estimaciones, apenas quedan unos pocos centenares de ejemplares en el noreste del país, acosados por los cazadores furtivos, que los persiguen por su carne.


La crisis es tan alarmante que, en los últimos días, la Unesco, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y multitud de organizaciones ecologistas, como WWF, han emitido diferentes comunicados instando al nuevo Gobierno a detener inmediatamente el saqueo de los santuarios naturales.

Sin embargo, la alarma no es nueva sino que desde hace un decenio existe el tráfico ilegal de maderas preciosas, sobre todo de palo de rosa. Y en cada crisis política se produce un recrudecimiento del pillaje.


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1 comentario:

Ralph dijo...

Si dependen del hombre creo que los pobres lo van a pasar mal, ojalá que logren sobrevivir. Saludos.