Situado al nordeste de Australia, El Tolga Bat Hospital atiende cada año a cientos de murciélagos heridos, enfermos o huérfanos. Pero es entre los meses de octubre y enero cuando los voluntarios que trabajan en este centro se ven desbordados.
De sus cuidados dependen unos 300 bebés de zorros voladores –murciélagos del género Pteropus- cuyas madres caen paralizadas desde los árboles debido a una virulenta infección transmitida por ácaros.
Tras procurarles calor y biberones, los cuidadores intentan que las criaturas se reúnan con las progenitoras supervivientes; las huérfanas son criadas hasta que puedan reintegrarse en la vida salvaje.
El resto de la temporada, la clínica acoge a pacientes adultos .rincipalmente, por haberse herido un ala o una pata con una alambrada- y a ejemplares muy viejos que ya no están en condiciones de vivir en los zoos.
De sus cuidados dependen unos 300 bebés de zorros voladores –murciélagos del género Pteropus- cuyas madres caen paralizadas desde los árboles debido a una virulenta infección transmitida por ácaros.
Tras procurarles calor y biberones, los cuidadores intentan que las criaturas se reúnan con las progenitoras supervivientes; las huérfanas son criadas hasta que puedan reintegrarse en la vida salvaje.
El resto de la temporada, la clínica acoge a pacientes adultos .rincipalmente, por haberse herido un ala o una pata con una alambrada- y a ejemplares muy viejos que ya no están en condiciones de vivir en los zoos.
Visto en edición impresa de MUY Interesante (abril 2009: nº 336).
Ver el recorte original.
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2 comentarios:
Pues si que debe resultar un trabajo estresante. Saludos.
Me encanta la idea de un hospital de murciélagos, es muy raro ver que los atiendan con tanto cuidado siendo que la idea general es que son horrorosos.
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