Hace unos meses saltaba a los medios de comunicación (entre ellos este modesto blog) la historia de Susi, una elefanta del zoo de Barcelona que se hundió en una depresión importante a causa del fallecimiento de su compañera Alicia.
Desde entonces su salud no sólo no mejora con el tiempo sino que según algunos expertos, los síntomas de ansiedad y apatía se hacen cada vez más evidentes en ella, lo que podría acortar su vida de una forma verdaderamente drástica.
A través del zoo afirman desde febrero que el animal, no sólo está bien cuidado, sino que su estado progresará en breve porque, aparte de realizar obras de mejora en el recinto, en breve llegara Yoyo, una elefanta africana que pasará a convertirse en su compañera. Eso sí, no dicen cuanto tardarán en hacerlo efectivo.
Sin embargo las medidas anunciadas no son suficientes para la asociación animalista Libera!, que desde el principio se encargó de dar a conocer el caso de Susi a traves de la página web liberaasusi.org y aseguran que la intención de traer a Yoyo significa todo un error ya que, según sus propias palabras, al encontrarse en estado prácticamente salvaje no se le aplica ningún programa de entrenamiento y por tanto no deja que se acerque ni siquiera el veterinario para poder examinarla y así garantizar que no es portadora de ninguna enfermedad que pueda contagiar a Susi.
Por oro lado, tampoco se la está entrenando para que pueda enfrentarse a la difícil operación de traslado, un entrenamiento que puede llevar como mínimo tres meses de trabajo.
Así que en lugar de ayudar a reecuperarse a un animal, vamos a hacer que sean dos los afectados.
La situación es complicada y merece ser denunciada. Por ello desde la organización anteriormente mencionada no sólo se encargan de seguir el caso o pedir con urgencia un santuario de elefantes, sino que también ponen a nuestra disposición la opción de expresar lo que pensamos sobre el caso así como de firmar para pedir la liberación de la protagonista de esta historia.
Desde la propia ONG nos recuerdan insistentemente que existe un sitio dispuesto a acoger a las dos elefantas que reúne todas las exigencias de los códigos éticos de la WAZA, la EAZA y la AIZA... ¿Por qué no hacerles caso entonces? ¿Por qué empeñarse en hacerles la vida imposible?
Cualquier granito de arena que se pueda aportar será bienvenido.
Desde entonces su salud no sólo no mejora con el tiempo sino que según algunos expertos, los síntomas de ansiedad y apatía se hacen cada vez más evidentes en ella, lo que podría acortar su vida de una forma verdaderamente drástica.
A través del zoo afirman desde febrero que el animal, no sólo está bien cuidado, sino que su estado progresará en breve porque, aparte de realizar obras de mejora en el recinto, en breve llegara Yoyo, una elefanta africana que pasará a convertirse en su compañera. Eso sí, no dicen cuanto tardarán en hacerlo efectivo.
Sin embargo las medidas anunciadas no son suficientes para la asociación animalista Libera!, que desde el principio se encargó de dar a conocer el caso de Susi a traves de la página web liberaasusi.org y aseguran que la intención de traer a Yoyo significa todo un error ya que, según sus propias palabras, al encontrarse en estado prácticamente salvaje no se le aplica ningún programa de entrenamiento y por tanto no deja que se acerque ni siquiera el veterinario para poder examinarla y así garantizar que no es portadora de ninguna enfermedad que pueda contagiar a Susi.
Por oro lado, tampoco se la está entrenando para que pueda enfrentarse a la difícil operación de traslado, un entrenamiento que puede llevar como mínimo tres meses de trabajo.
Así que en lugar de ayudar a reecuperarse a un animal, vamos a hacer que sean dos los afectados.
La situación es complicada y merece ser denunciada. Por ello desde la organización anteriormente mencionada no sólo se encargan de seguir el caso o pedir con urgencia un santuario de elefantes, sino que también ponen a nuestra disposición la opción de expresar lo que pensamos sobre el caso así como de firmar para pedir la liberación de la protagonista de esta historia.
Desde la propia ONG nos recuerdan insistentemente que existe un sitio dispuesto a acoger a las dos elefantas que reúne todas las exigencias de los códigos éticos de la WAZA, la EAZA y la AIZA... ¿Por qué no hacerles caso entonces? ¿Por qué empeñarse en hacerles la vida imposible?
Cualquier granito de arena que se pueda aportar será bienvenido.
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