Un reciente informe elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) evaluó un total de 163 especies de libélulas y caballitos del diablo del Mediterráneo. De él se saco la conclusión de que, del todas ellas, cinco especies se encuentran en peligro crítico de extinción, trece en peligro, otras trece son vulnerables y 27 están casi amenazadas, mientras que cuatro especies ya han sido clasificadas como extintas en la región mediterránea.
Dicho de otro modo, uno de cada cinco de estos seres vivos del Mediterráneo se halla en peligro de extinción, concentrándose la mayoría de ellos en el Levante español, el sur de Turquía y los Balcanes, el noreste de Argelia y el norte de Túnez.
Los motivos de esta situación son, como no podía ser de otro modo, la escasez de agua dulce, el cambio climático y la degradación de los hábitats por el cambio en el uso del suelo. Y es que al ser "buenas indicadoras de la calidad del agua", se ven amenazadas por la alteración de sus medios de vida y la contaminación.
Lo peor del tema es que, aunque algunas especies ya son objeto de medidas de protección a través de la legislación internacional, otras no están protegidas pese a su alto riesgo de extinción. Por eso mismo este informe propone acciones coordinadas a largo plazo, a nivel regional, nacional e internacional y subraya la responsabilidad que tienen los países mediterráneos de proteger las poblaciones a nivel global.
Esperemos que la advertencia no caiga, una vez más, en saco roto.
Dicho de otro modo, uno de cada cinco de estos seres vivos del Mediterráneo se halla en peligro de extinción, concentrándose la mayoría de ellos en el Levante español, el sur de Turquía y los Balcanes, el noreste de Argelia y el norte de Túnez.
Los motivos de esta situación son, como no podía ser de otro modo, la escasez de agua dulce, el cambio climático y la degradación de los hábitats por el cambio en el uso del suelo. Y es que al ser "buenas indicadoras de la calidad del agua", se ven amenazadas por la alteración de sus medios de vida y la contaminación.
Lo peor del tema es que, aunque algunas especies ya son objeto de medidas de protección a través de la legislación internacional, otras no están protegidas pese a su alto riesgo de extinción. Por eso mismo este informe propone acciones coordinadas a largo plazo, a nivel regional, nacional e internacional y subraya la responsabilidad que tienen los países mediterráneos de proteger las poblaciones a nivel global.
Esperemos que la advertencia no caiga, una vez más, en saco roto.
4 comentarios:
Es una pena que cuidemos tan poco de los seres vivos que nos rodean
Saludos
Este verano pude disfrutar de un montón de libélulas en un pueblecito de Soria. Me sentí feliz por ver tantas ya que hacía muchisimo que no veía ninguna. Son especiales.
Un beso!
No me extraña, por aquí no sé en que situación estarán porque por suerte aún tenemos muchos cursos de agua pero las actuaciones que se promueven son una vergüenza. En muchísimos ríos se hacen obras y canales que destruyen sus hábitats, además de la reciente moda de desbrozar todas las orillas sin control ninguno (muchas veces promovido por la propia confederación) y que no tiene en cuenta que muchas de las plantas que cortan son las que utilizan estos seres para mudar. Pero claro no digas nada que te miran como si estuvieras loco, total por unos bichos...
joselop44: Pues sí. Pero si ya cuidmos fatal de los que nos rodean y nos aportan tantas cosas ímaginate el cuidado que nos merecen los "molestos y asquerosos" insectos.
Asterina: No em extraña que te sintieras afortunada. La verdad es que son seres que impresionan por su belleza y gracilidad.
Furacán: Totalmente de acuerdo contigo. Es más, yo no lo hubiese digo mejor. El tema y la pasividad de algunos es realmente indignante.
Muchas gracias por pasar a los tres.
Besos y abrazos.
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