Por todos es bien sabido el gran daño que causan en los ecosistemas la introducción de especies invasoras.
Uno de tantos ejemplos que fueron importados con la intención de venderlos como animales de compañía bien podría ser el de la cotorra argentina que, a pesar de esa apariencia simpática y su llamativo plumaje verde y pico amarillo, parece estar convirtiéndose en un verdadero problema en muchas ciudades españolas, donde Libres de depredadores, se expandieron y comenzaron a criar, hasta el punto en que Barcelona se ha convertido en la capital europea con mayor número de ejemplares de esta ave -unas 2.500 viven en sus árboles-, cuya colonia sigue creciendo a un ritmo de un 8% anual.
Además de ser ruidosa, se trata de un gran depredador de su entorno. Para edificar sus enormes nidos, los cuales pueden llegar a pesar hasta 150 kilos, destrozan sistemáticamente la vegetación al provocar graves daños en los árboles por el peso, lo que también pone a en riesgo a los transeúntes.
Estos animales se nutren también de los cultivos de los huertos, llegándose a conocer casos en los que han arrasado el 80% de lo plantado (en los barrios de Sarrià y Horta o en localidades como El Prat).
Y así, mientras unos advierten de que si no se actúa pronto luego será mucho más complicado evitar que se convierta en una potencial plaga, el ayuntamiento no considera la cotorra como tal, ni tampoco ha desarrollado aún ningún programa de erradicación o esterilización para controlar su población, una situación que obtiene como resultado el que no sean pocos los que se han lanzado a tratar de acabar por sus propios medios con esta plaga, bien a través de la caza directa o bien tratando de eliminar sus nidos aprovechando la época de poda de las palmeras.
Yo lo único que sé es que, aparte de ser una problemática de difícil solución, nuevamente nada de esto hubiese pasado si unos no hubiesen traficado con una especie exótica para saccar dinero y otros no las hubiesen comprado sin pensar en las consecuencias que esto podría traer.
Uno de tantos ejemplos que fueron importados con la intención de venderlos como animales de compañía bien podría ser el de la cotorra argentina que, a pesar de esa apariencia simpática y su llamativo plumaje verde y pico amarillo, parece estar convirtiéndose en un verdadero problema en muchas ciudades españolas, donde Libres de depredadores, se expandieron y comenzaron a criar, hasta el punto en que Barcelona se ha convertido en la capital europea con mayor número de ejemplares de esta ave -unas 2.500 viven en sus árboles-, cuya colonia sigue creciendo a un ritmo de un 8% anual.
Además de ser ruidosa, se trata de un gran depredador de su entorno. Para edificar sus enormes nidos, los cuales pueden llegar a pesar hasta 150 kilos, destrozan sistemáticamente la vegetación al provocar graves daños en los árboles por el peso, lo que también pone a en riesgo a los transeúntes.
Estos animales se nutren también de los cultivos de los huertos, llegándose a conocer casos en los que han arrasado el 80% de lo plantado (en los barrios de Sarrià y Horta o en localidades como El Prat).
Y así, mientras unos advierten de que si no se actúa pronto luego será mucho más complicado evitar que se convierta en una potencial plaga, el ayuntamiento no considera la cotorra como tal, ni tampoco ha desarrollado aún ningún programa de erradicación o esterilización para controlar su población, una situación que obtiene como resultado el que no sean pocos los que se han lanzado a tratar de acabar por sus propios medios con esta plaga, bien a través de la caza directa o bien tratando de eliminar sus nidos aprovechando la época de poda de las palmeras.
Yo lo único que sé es que, aparte de ser una problemática de difícil solución, nuevamente nada de esto hubiese pasado si unos no hubiesen traficado con una especie exótica para saccar dinero y otros no las hubiesen comprado sin pensar en las consecuencias que esto podría traer.
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6 comentarios:
150 kg de nido??? Increíble.
Yo me pido una para casa, eso sí, el nido lo haré yo, jejeje
Saludos guapa.
mi querida persefone, los argentinos SON plaga ese es el problema
Siempre es peligroso mover a los animales fuera de sus hábitats naturales.
Un abrazo
Uno de los problemas de la "globalización" es la mezcla de especies en hábitats diferentes, que crean problemas y pueden llegar a cambiar ecosistemas, poniendo en peligro su equilibrio. ^_^
Esto se debe a que la gente se encapricha con una mascota sin analizar sus pros y sus contras y cuando no resulta ser lo que esperaban se deshacen de ella y después todos tenemos que pagar las consecuencias. Saludos.
ya como se abandona a cualquier animal, luego ademas echan a las especies autoctonas, yo donde vivo esta todo llenito de periquitos, que no se de donde an salido, y que se pelean con los gorriones y las palomas por comida, ademas sus nidos tambien son grandes y son un problema, pero claro el primero/a que solto a uno de ellos eso no lo pensó
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