De este modo, los científicos constataron que las pardelas se concentran en las zonas pesqueras de lunes a viernes, cuando los barcos salen a faenar, para conseguir alimento con mayor celeridad, mientras que los fines de semana siguen su estrategia natural y se desplazan centenares de kilómetros en busca de sus presas normales, como sardinas y calamares.
Frederic Bartumeus, lider de la investigación, señaló, contrariamente a lo que podría parecer, el beneficio natural que supone la pesca de arrastre para las aves, que les permite conseguir alimento de forma más fácil, queda neutralizado por su "gran impacto" sobre los fondos marinos, que afecta al equilibrio del ecosistema.
El investigador reconoce que, a pesar de la posibilidad de realizar más desplazamientos entre el nido y la fuente de comida que suponen los barcos pesqueros, los descartes implican que las aves se alimenten de organismos que, en algunos casos, acumulan grandes cantidades de contaminantes, como metales pesados, que almacenarán en el organismo a su vez.
Los expertos señalan que las aves podrían ser utilizadas de este modo como "biomarcadores" de la concentración de contaminantes en el mar, en un proceso que también permite a ejemplares menos fuertes sobrevivir, algo que en condiciones naturales no harían. La dieta tradicional de las pardelas vive en la columna de agua marina, y no en el fondo junto al sedimento, y por lo tanto es de mayor calidad que la de los descartes pesqueros. "La dieta extra de los barcos es realmente 'fast food', comida rápida y de baja calidad", concluye Bartomeus, aunque contribuya al éxito reproductor de las especies.
Visto en Europa Press.
1 comentario:
No sabia esto sobre las aves marinas, muy interesante.
Saludos :)
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