jueves, 26 de agosto de 2010

Pinocho, el maestro de los cocos

Pinocho, un mono de 11 años (Macaca mulatta) de una isla de Cayo Santiago, Puerto Rico, ha descubierto una manera inédita para abrir cocos: tras cogerlo de una palmera, en vez de cargarlo en sus brazos como hacen el resto de sus congéneres, lo lleva rodando hasta uno de los muelles de la isla.

Allí lo tira al aire, un par de metros de altura, y observa, tranquilamente, cómo se estrella contra el cemento y se parte. Desde que el coco se rompe hasta que se lo come, sólo pasan unos segundos.

La técnica es tan complicada que, según los expertos autores de la investigación, liderados por Jordan Comins, profesor de la Universidad de Harvard, hasta ahora, ningún otro mono de la reserva ha sido capaz de imitarla:



Esta investigación puede ayudar a los científicos a comprender cómo las nuevas conductas, o culturas, pueden esparcirse entre los demás primates. Y es que, es algo que no tardarán mucho en copiar. "Se mueven por imitación, sobre todo si es para algo bueno o beneficioso. En el momento que lo vean, seguro que intentan hacer lo mismo", explica Pedro Pozas, primatólogo y director ejecutivo del Proyecto Gran Simio.

Existen tres motivos por los que los primates empiezan a realizar alguna acción: juego, necesidad o imitación. En este caso 'Pinocho' puede haberlo aprendido de algún ser humano o "simplemente jugando con un coco se dio cuenta de que en una zona determinada se rompen, se abren y se los puede comer", reconoce Pozas.

Uno de los casos más conocidos del aprendizaje por imitación de estos animales ocurrió en 1953. Una hembra japonesa lavaba unas patatas en el río antes de comérselas. Poco tiempo después, casi todos los monos de la manada imitaban la misma conducta y lavaban sus patatas. "Todos los primates tienen mucho tiempo para fijarse en cómo se comportan los demás, lo aprenden y siempre que es bueno lo repiten", señala el primatólogo.

De momento, y desde hace más de dos años, 'Pinocho' es el único de los casi 120 ejemplares de su grupo social, capaz de abrir los cocos en esta reserva del Caribe. Mientras los demás monos no presten más atención, Pinocho, el maestro de los cocos, tendrá el monopolio de la isla.


3 comentarios:

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Hola, Perséfone.
Ante todo, gracias por pasarte por mi blog.
El tuyo me parece muy interesante, sobre todo porque es de un tema, los animales, sobre el que reconozco que no sé gran cosa. Así que me puede servir para aprender, jejejeje.
Ah, y te deseo mucha suerte en el concurso 20Blogs.
Un saludo.

Susana Terrados dijo...

¡Qué linda historia! El estudio de los primates siempre es super interesante, cada día nos revela algo nuevo y "nos acerca" más ellos. ¿verdad?
Besotes y saluditos.

Anónimo dijo...

No conocía esta historia. Me gusta cuando se van desmontando las barreras que se construyeron para diferenciarnos del resto de animales.
Salu2