domingo, 23 de enero de 2011

Los milanos usan plásticos como si fueran galones

La distancia entre lo que es humano y lo que no se reduce de nuevo. Un modesto estudio sobre un grupo de rapaces en el Parque Nacional de Doñana ha destapado un comportamiento animal desconocido que podría redefinir el papel de nuestra especie en el planeta.

Los investigadores, del CSIC, han observado que los milanos negros informan a los demás sobre su estado físico y sus ganas de pelea mediante la colocación de plásticos de color blanco en sus nidos después de desterrar con varios experimentos otras hipótesis, como que el plástico hiciera de aislamiento térmico o de refuerzo estructural.

Así, los fragmentos, de bolsas del supermercado u otros envoltorios, funcionan como un cartel luminoso que dijera: "Prohibido el paso". Es, aseguran, la primera prueba en animales del uso de señales externas al propio organismo en un contexto no sexual. La única excepción hasta hoy era el ser humano.

"Hay base para pensar que el comportamiento del milano negro no es una anécdota. ¿Cuántas especies construyen estructuras? Cientos sólo de aves. Y no sabemos qué significan. Quizá los humanos nos hemos estado sintiendo especiales demasiado tiempo", reflexiona uno de los principales autores del estudio, Julio Blas.

Según sus conclusiones, los milanos emplean los plásticos como si fueran estrellas de oficiales militares o cinturones de artes marciales: las rapaces con más plástico en su nido son muy respetadas mientras que los individuos muy jóvenes o muy viejos, más débiles, no decoran sus nidos.

Y si un milano débil intenta engañar a la comunidad emperifollándose con más plástico del que le corresponde, recibe un "castigo social": los científicos colocaron más plástico en varios nidos de aves de diferentes edades. Los débiles retiraron la decoración exagerada. Los fuertes la mantuvieron. Y los flojos que mintieron se encontraron con individuos que pusieron a prueba de inmediato su nuevo estatus atacando su territorio.

El sistema es honesto. Sólo los más fuertes tienen nidos muy decorados. En Doñana, donde viven unas 500 parejas de milanos más otros 500 individuos solteros, estos galones se respetan en el día a día.

El director del Centro de investigación en primates de la Universidad de Barcelona, Joaquim Vea, ajeno a este estudio, señala que hay otros casos, "pero puramente anecdóticos", como un chimpancé que robó una lata de gasolina y gracias a su ruido subió de estatus en el grupo sin ser un animal fuerte.

2 comentarios:

Guillermo García-Saúco dijo...

Nunca dejarán de sorprendernos.

Susana Terrados dijo...

Ya lo dice el refrán :"No te acostarás sin saber una cosa más". Pero qué curiosa noticia. Gracias.
Besitos.