Los científicos llevan décadas estudiando el lenguaje de los delfines, intentando descifrar lo que dicen con sus sonidos. Se ha logrado enseñarles a entender palabras y comandos con los que interactuar con los humanos, pero esta comunicación es solo en un sentido.
Ahora la investigación da un paso más, ya que en Florida un nuevo experimento trata de comunicarse con los delfines en tiempo real gracias a un equipo traductor submarino. Si el experimento tiene éxito, sería la primera vez que se produce una comunicación bidireccional con estos animales.
Denise Herzing, fundadora del Proyecto Delfines Salvajes en Florida, trabaja con el Instituto de Tecnología de Georgia, Atlanta, en un proyecto para 'co-crear' un lenguaje con los delfines utilizando sus sonidos para comunicarse, de forma que los delfines también puedan 'decir' cosas a los humanos.
A finales de los 90 la investigadora y su equipo llevaron a cabo el primer intento de comunicación bidireccional con los delfines. Consistía en asociar una serie de símbolos situados bajo el agua a unos sonidos y comandos, a modo de teclado. Cada vez que un delfin señalaba con su cuerpo uno de ellos, podían realizar una serie de peticiones, pero aunque logró llamar la atención de los animales, no tuvo demasiado éxito.
El nuevo sistema en desarrollo se compone de una computadora y dos hidrófonos que tratarán de captar toda la gama de los sonidos de los delfines, sus silbidos y cantos pulsados. Este es el primero de los retos, ya que pueden producir frecuencias hasta 10 veces más altas que lo que un humano es capaz de oír.
La idea es que el buzo lleve con él este dispositivo en una caja estanca, acompañada de un mando a distancia para que pueda seleccionar un sonido del catálogo con el que responder al delfín.
El traductor comenzará a probarse a mediados de este año. Con la primera versión los buzos podrán reproducir una de las ocho 'palabras' acuñadas por el equipo del Proyecto Delfines como por ejemplo, 'pasa por el arco'.
El software escuchará si los delfines las reproducen e imitan y una vez que el sistema reconozca estas repeticiones, la idea es usarlas para descifrar cuales son las "unidades fundamentales" del lenguaje delfín, lo que equivaldría a las 'vocales', 'consonantes' y 'sílabas' de su particular idioma.
El programa informático utiliza una serie de algoritmos diseñados para 'colar' los datos y seleccionar cuál es el patrón del lenguaje y etiquetarlo. Una vez identificado el patrón, Herzing confía en poder combinar estas "unidades fundamentales" para acuñar 'palabras' y asociar comportamientos y objetos a estos sonidos.
Algunos expertos han recibido con excepticismo el proyecto y la misma Herzing admite lo ambicioso de su plan, "ni si quiera sabemos si los delfines tienen palabras" aunque añade que "solo podremos usar sus señales si las conocemos".
Ahora la investigación da un paso más, ya que en Florida un nuevo experimento trata de comunicarse con los delfines en tiempo real gracias a un equipo traductor submarino. Si el experimento tiene éxito, sería la primera vez que se produce una comunicación bidireccional con estos animales.
Denise Herzing, fundadora del Proyecto Delfines Salvajes en Florida, trabaja con el Instituto de Tecnología de Georgia, Atlanta, en un proyecto para 'co-crear' un lenguaje con los delfines utilizando sus sonidos para comunicarse, de forma que los delfines también puedan 'decir' cosas a los humanos.
A finales de los 90 la investigadora y su equipo llevaron a cabo el primer intento de comunicación bidireccional con los delfines. Consistía en asociar una serie de símbolos situados bajo el agua a unos sonidos y comandos, a modo de teclado. Cada vez que un delfin señalaba con su cuerpo uno de ellos, podían realizar una serie de peticiones, pero aunque logró llamar la atención de los animales, no tuvo demasiado éxito.
El nuevo sistema en desarrollo se compone de una computadora y dos hidrófonos que tratarán de captar toda la gama de los sonidos de los delfines, sus silbidos y cantos pulsados. Este es el primero de los retos, ya que pueden producir frecuencias hasta 10 veces más altas que lo que un humano es capaz de oír.
La idea es que el buzo lleve con él este dispositivo en una caja estanca, acompañada de un mando a distancia para que pueda seleccionar un sonido del catálogo con el que responder al delfín.
El traductor comenzará a probarse a mediados de este año. Con la primera versión los buzos podrán reproducir una de las ocho 'palabras' acuñadas por el equipo del Proyecto Delfines como por ejemplo, 'pasa por el arco'.
El software escuchará si los delfines las reproducen e imitan y una vez que el sistema reconozca estas repeticiones, la idea es usarlas para descifrar cuales son las "unidades fundamentales" del lenguaje delfín, lo que equivaldría a las 'vocales', 'consonantes' y 'sílabas' de su particular idioma.
El programa informático utiliza una serie de algoritmos diseñados para 'colar' los datos y seleccionar cuál es el patrón del lenguaje y etiquetarlo. Una vez identificado el patrón, Herzing confía en poder combinar estas "unidades fundamentales" para acuñar 'palabras' y asociar comportamientos y objetos a estos sonidos.
Algunos expertos han recibido con excepticismo el proyecto y la misma Herzing admite lo ambicioso de su plan, "ni si quiera sabemos si los delfines tienen palabras" aunque añade que "solo podremos usar sus señales si las conocemos".
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