Los insectos suponen más de la mitad de las especies del planeta y causan tal cantidad de daños y beneficios que conocer todos los secretos que guarda su ADN puede ser uno de los grandes saltos de la ciencia futura para el bien común. Con la intención de encontrar ese tesoro, un grupo de científicos de distintas instituciones de EEUU y Europa ha lanzado un proyecto abierto para secuenciar el genoma de al menos 5.000 insectos (y otros artrópodos) en los próximos cinco años.
Se trata de comenzar con una muestra realmente amplia y representativa de esta clase de animales el 90% de la fauna del planeta que ayude a desenmascarar a los bichos más dañinos, como aquellos que amenazan la salud al ser vehículo de pandemias y que ponen en riesgo el suministro de alimentos con plagas que asuelan los cultivos. Pero el proyecto, llamado i5K, también servirá para descubrir la forma de apoyar a las especies con beneficios importantes, como la polinización.
El plan, que se dio a conocer a través de una carta publicada en Science, se encuentra en este momento recogiendo propuestas a través de una web colaborativa y abierta al público, para sugerir las 5.000 especies que verán descifrados sus misterios. Al tratarse de un proyecto con voluntad de servicio público, cuyos resultados estarán disponibles para quien los necesite, i5K también está abierto a apoyos económicos por parte de entidades y particulares.
Los impulsores del proyecto, que pertenecen al Departamento de Agricultura de EEUU y a las universidades de Illinois, Kansas y Cambridge, cuentan con una ventaja desde la perspectiva económica del proyecto: cada día es más y más barata la secuenciación de un genoma. Así, confían en que de aquí a dos años cada bicho les cueste unos cien dólares, dado que algunos tienen tan sólo una décima parte de la información de una persona. El Proyecto Genoma Humano costó 2.000 millones de euros.
"Este tipo de trabajos son fundamentales para entender las claves del comportamiento, de la regulación, de sus hábitos sociales, de su sensibilidad a patógenos...", enumera Mariano Higes, uno de los mayores expertos mundiales en la abeja melífera, uno de los escasos 50 insectos que ya tienen su genoma al descubierto, en su caso desde 2006. A partir de ese momento, al identificar sus genes, se pudo ayudar a las abejas a defenderse de sus parásitos y hacer una selección reproductiva "con criterio científico" para fortalecer colonias, recuerda Higes.
En cualquier caso, la secuenciación del genoma es sólo el primer paso del proyecto, que aspira a convertirse más adelante en una ciberinfraestructura que sirva para cotejar y evaluar esa cantidad masiva de datos.
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