Las hormigas obreras se ayudan entre sí para recoger comida y llevarla al hormiguero. No lo piden, pero 'cargan' a una compañera con sus mandíbulas hasta el alimento. Y la hormiga 'transportada', simplemente, se deja llevar, una técnica solidaria que siguen las hormigas Pachycondyla chinensis.
Las dos hormigas utilizadas en el estudio desarrollado en la Universidad Estatal de Carolina del Norte bajo la responsabilidad de Benoit Guenard, se situaban junto a la cucaracha, 'despiezaban' al insecto y llevaban juntas la comida al hormiguero.
Para averiguar si este "novedoso e inusual" comportamiento era habitual, los investigadores siguieron experimentando: metieron varias cucarachas muertas de distintos tamaños en dos cajas (células de alimentación) cerca del nido. Una de las cajas contenía una gran cantidad de cucarachas pequeñas, que se podían llevar de forma individual, y en la otra había una cucaracha muy grande.
Cuando las hormigas "se percataron, trajeron rápidamente a otra obrera para 'trabajar' en la caja que contenía la cucaracha grande", explica el científico.
Poco después los investigadores cambiaron el contenido de las cajas para intentar engañarlas. A los cinco minutos, asegura Guenard "ya habían aprendido a llevar a su compañera a la célula correcta".
El comportamiento de las hormigas cargadas era "completamente pasivo" durante todo el proceso, por lo que los investigadores reconocen que no entienden cómo se orientan cuando sus compañeras las dejaban caer al lado de los alimentos.
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