Las hormigas son cruciales para la supervivencia de muchas plantas, que dependen de ellas para la dispersión de sus semillas. Pero esta función vital podría estar amenazada por el cambio climático, asegura Nate Sanders, profesor de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Tennessee.
Sanders y sus colegas recibieron fondos de la Fundación Nacional de Ciencia estadounidense para estudiar los efectos en cascada que el cambio climático puede tener en las comunidades de hormigas y las funciones que éstas proveen a los ecosistemas.
En los experimentos iniciales, los investigadores encontraron que las hormigas alteraban radicalmente su comportamiento ante un aumento de medio grado centígrado en la temperatura.
"Las hormigas tienen una importancia crítica para la mayoría de los ecosistemas", señaló Sanders. "Comen otros insectos, ayudan en la circulación de nutrientes, la estructura del suelo y el movimiento de semillas".
Sanders y su equipo están aumentando artificialmente la temperatura de segmentos de bosque para estudiar la respuesta de las hormigas. La temperatura del aire en 12 cámaras abiertas de nidos de hormigas fue elevada en incrementos de medio grado.
Las investigadoras Katie Stuble y Shannon Pelini observaron cambios dramáticos en las actividades diarias de la colonia en cada cámara.
"Si la temperatura aumenta apenas medio grado centígrado, las actividades más importantes de dispersión de semillas básicamente cesan", dijo Sanders. "Las hormigas dejan de salir y alimentarse en el bosque y hacer lo que hacen normalmente".
Stuble observó que, en promedio, las hormigas buscan alimento durante cerca de 10 horas al día en temperaturas normales. Cuando la temperatura fue elevada medio grado, las hormigas se quedaron en sus nidos subterráneos y sólo salieron a alimentarse durante una hora.
Si estos insectos dejan de contribuir a la dispersión de semillas y al reciclaje de nutrientes, ello podría tener implicaciones profundas para la biodiversidad. Se estima, por ejemplo, que más de la mitad de las plantas en la parte baja del bosque en el Parque Nacional Great Smoky Mountains, en el límite entre Tennessee y Carolina del Norte, dependen de las hormigas para dispersar sus semillas.
Los investigadores continuarán recogiendo datos hasta 2015 y esperan proveer más información sobre el efecto del cambio climático en la biodiversidad y los ecosistemas.
Sanders y sus colegas recibieron fondos de la Fundación Nacional de Ciencia estadounidense para estudiar los efectos en cascada que el cambio climático puede tener en las comunidades de hormigas y las funciones que éstas proveen a los ecosistemas.
En los experimentos iniciales, los investigadores encontraron que las hormigas alteraban radicalmente su comportamiento ante un aumento de medio grado centígrado en la temperatura.
"Las hormigas tienen una importancia crítica para la mayoría de los ecosistemas", señaló Sanders. "Comen otros insectos, ayudan en la circulación de nutrientes, la estructura del suelo y el movimiento de semillas".
Sanders y su equipo están aumentando artificialmente la temperatura de segmentos de bosque para estudiar la respuesta de las hormigas. La temperatura del aire en 12 cámaras abiertas de nidos de hormigas fue elevada en incrementos de medio grado.
Las investigadoras Katie Stuble y Shannon Pelini observaron cambios dramáticos en las actividades diarias de la colonia en cada cámara.
"Si la temperatura aumenta apenas medio grado centígrado, las actividades más importantes de dispersión de semillas básicamente cesan", dijo Sanders. "Las hormigas dejan de salir y alimentarse en el bosque y hacer lo que hacen normalmente".
Stuble observó que, en promedio, las hormigas buscan alimento durante cerca de 10 horas al día en temperaturas normales. Cuando la temperatura fue elevada medio grado, las hormigas se quedaron en sus nidos subterráneos y sólo salieron a alimentarse durante una hora.
Si estos insectos dejan de contribuir a la dispersión de semillas y al reciclaje de nutrientes, ello podría tener implicaciones profundas para la biodiversidad. Se estima, por ejemplo, que más de la mitad de las plantas en la parte baja del bosque en el Parque Nacional Great Smoky Mountains, en el límite entre Tennessee y Carolina del Norte, dependen de las hormigas para dispersar sus semillas.
Los investigadores continuarán recogiendo datos hasta 2015 y esperan proveer más información sobre el efecto del cambio climático en la biodiversidad y los ecosistemas.
Puedes leer la noticia original, en su fuente de procedencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario