Investigadores estadounidenses han demostrado que la avispa del papel, Polistes fuscatus, es capaz de aprender a reconocer los rasgos faciales de sus congéneres y que se quedan con las caras de sus compañeras de panal.
“Ser capaz de diferenciar las caras de manera eficiente es una ventaja para este tipo de avispas porque regula las interacciones sociales dentro del nido. Además, al poder reconocer individualmente a otras avispas se reducen las agresiones en la colonia, lo que ayuda a mantener la paz”, declara a SINC Michael J. Sheehan, investigador de la Universidad de Michigan (EE.UU.) y autor del trabajo publicado en Science.
No todos los animales son capaces de reconocer las caras y muchos se guían por el olfato.
La capacidad de diferenciar caras solo se ha demostrado hasta ahora en varias especies de monos, entre ellos los chimpancés. “Otros estudios han encontrado capacidades de aprendizaje similares en ovejas”, apunta el investigador.
La clave estaría en que estas avispas, al igual que los humanos, son muy sociales, puesto que viven en colonias múltiples en las que habitan muchos individuos de la misma especie.
Recuerdan las caras por lo menos durante siete días, “un periodo de tiempo bastante largo en la vida de una avispa. Lo que no sabemos es cuantas caras son capaces de recordar”, reconoce el experto.
Los autores señalan que pese a que mamíferos y avispas presentan diferencias evidentes en los ojos y las estructuras nerviosas del cerebro, ambos grupos han evolucionado de forma independiente para desarrollar la capacidad de reconocer los rostros de otros individuos de su misma especie.
Durante la investigación, los autores entrenaron a las avispas para ver si eran capaces de diferenciar entre dos imágenes. Las introdujeron en un laberinto con todo el suelo electrificado a excepción de una zona de seguridad sin corriente, que iba cambiando de lugar. En este punto ‘seguro’ se colocaban diferentes imágenes: a veces una cara de avispa, a veces otra fotografía.
Las avispas del papel conseguían identificar más rápido la zona sin electricidad cuando en ella se mostraban rostros de avispas en lugar de otras imágenes. Los investigadores probaron el mismo experimento con otra especie de avispa, Polistes metricus, y comprobaron que no adquirían esta habilidad.
El reconocimiento individual es esencial para la avispa del papel durante la primera parte del ciclo de anidación, cuando el número de reinas es reducido. “Lo utilizan para regular la interacción social y el dominio dentro de la jerarquía de las reinas, ya que la más dominante es quien se ocupa principalmente de la reproducción”, explica Sheehan.
A diferencia de otras especies, como la Polistes metricus que solo tiene una reina en su colonia, los nidos de la avispa del papel habitualmente son fundados por varias avispas reina. “En la mayoría de los nidos viven entre 30 y 50 avispas aunque excepcionalmente las colonias pueden crecer hasta cientos de individuos”, añade Sheehan.
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1 comentario:
Interesante, aunque no me parece que sea definitivo lo que afirman a tenor por las pruebas realizadas.
Si se encuentran dos avispas en la Gran Vía y se saludan, esto si sería definitivo.
Un abrazo
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