jueves, 23 de febrero de 2012

Hallan vida animal en la cueva más profunda de la Tierra

No tienen ojos, carecen de pigmentación y con su minúsculo tamaño (entre 1 y 4 milímetros) sobreviven en uno de los ambientes más inhóspitos de la Tierra. Una expedición hispano-rusa ha encontrado cuatro nuevas especies en la cueva Krubera-Voronya, situada en la región de Abkhazia (República de Georgia) cerca del Mar Negro. Con sus 2.191 metros, está considerada la cueva más profunda del mundo. Dos de estas nuevas especies son los artrópodos encontrados a más profundidad.

El inquilino más aislado ha sido bautizado como 'Plutomurus ortobalaganensis'. Este artrópodo vive a nada menos que 1.980 metros bajo la superficie terrestre (en simas marinas hay animales 'más profundos'). A menos profundidad se han encontrado otros animales, que están siendo estudiados por otros zoólogos.

Un ejemplar de 'Plutomurus ortobalaganensis'.

Para sobrevivir en un ambiente tan inhóspito, caracterizado por la falta de luz y la escasez de alimentos, estos animales han desarrollado una serie de características especiales.

Por ejemplo, una de las especies, 'Anurida stereoodorata', cuenta con un quimiorreceptor que le ayuda a moverse en un ambiente tan complicado: Es un órgano sensorial químico que detecta sustancias de la misma forma que nuestra nariz, pero con mucha mayor sensibilidad. La antena de esta especie animal, denominada PAO ('Post Antennal Organ') es especial, porque, según los zoologos, "es muy grande para lo que suele ser en otros colémbolos y porque está en una zona elevada y dirigido hacia delante".

Un ejemplar de la especie 'Anurida Stereoodorata'.

Las cuatro nuevas especies pertenecen al grupo de los colémbolos, invertebrados artrópodos parientes de los insectos, los arácnidos o los crustáceos. Tienen esqueleto externo y apéndices articulados (patas y antenas) y cuentan con un órgano que les permite saltar, denominado furca.

El 'CAVEX Team' lleva más de 10 años explorando esta sima con el objetivo de estudiar la biología de la cueva ya que, al tratarse de la más profunda del mundo, podría revelar una fauna muy interesante, especialmente en zonas profundas. Para poder llevar a cabo esta compleja expedición, que se prolongó durante un mes, hubo que reunir un equipo humano de casi 30 personas y conseguir el equipamiento de espeleología necesario para descender a este inhóspito lugar

Además de la oscuridad y las altas temperaturas, a estas profundidades escasea la comida. El medio subterráneo depende, generalmente, de la materia orgánica que es arrastrada por el agua hacia el interior de la cueva. Cuanto más profundas son, más difícilmente llegará alimento para sustentar a una comunidad biologica. Por otro lado, esta sima está situada en una zona remota y poco explorada desde el punto de vista bioespeleológico, lo que aumenta considerablemente el potencial para revelar interesantes novedades para la ciencia.

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