miércoles, 13 de junio de 2012

Los peces, más agresivos en espacios pequeños

Sólo en territorio estadounidense, se estima que hay más de 180 millones de peces confinados en tanques o peceras ornamentales. Ronald Oldfield, de la Universidad Case Western Reserve en Ohio, es el autor del primer estudio publicado sobre el impacto del entorno en el comportamiento de estos animales en ese tipo de entornos artificiales.

El investigador comparó el comportamiento de peces de la especie conocida como pez ciclido Rey Midas, una especie proveniente de América Central y común en acuarios, en una variedad de ambientes: en un lago en su tierra natal en Nicaragua, en un pequeño arroyo artificial en un zoológico y en peceras de diferentes tamaños.

El estudio se centró en peces juveniles para eliminar la posible agresividad vinculada al cortejo y la reproducción. Oldfield también eliminó fuentes de alimento para evitar competencia relacionada con este factor.

Además del tamaño de la pecera, el científico varió la complejidad del ambiente, agregando obstáculos o escondites detrás de rocas, plantas u objetos novedosos.

Oldfield constató que en las típicas peceras pequeñas comunes en muchos hogares, los peces mostraban comportamientos agresivos, persiguiéndose, mordiéndose y atacándose unos a otros. Estos comportamientos pueden causar lesiones y en algunos casos la muerte. Sin embargo, en peceras más grandes con recovecos, los peces dedicaban su energía a explorar en lugar de enfrentarse a sus compañeros.

"El enriquecimiento del ambiente es la práctica de agregar objetos a un espacio confinado para mejorar la calidad de vida de los animales. La reducción de la agresividad con un aumento en la complejidad del entorno es consistente con esta idea", asegura el investigador.

Aunque los datos del estudio plantean cuestiones éticas relacionadas con las condiciones en que se mantiene a los peces ornamentales, éstos tienen también implicaciones desde el punto de vista del bienestar animal, por ejemplo en la creciente industria de la acuacultura y las granjas de peces, en las que las condiciones de confinamiento en que se mantiene a estos animales han generado controversia.

El estudio podría incluso beneficiar a seres humanos al ayudarnos a comprender mejor los cambios en el comportamiento humano relacionados con diferentes ambientes (según él, la violencia en las prisiones podría estar vinculada en parte al confinamiento y a la falta de estímulo).

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