jueves, 6 de septiembre de 2012

Descubriendo al desmán de los pirineos

Es plena noche. Y mientras el resto del mundo duerme, un equipo de científicos vadea con el agua hasta las rodillas un arroyo en los Pirineos. Su misión es la de hallar un animal del que muchos jamás han oído hablar y aún menos han visto: el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus).

Este pequeño mamífero acuático sólo se aventura fuera de su madriguera durante la noche. Y no es fácil encontrarlo.

En el pasado se creía que el desmán era abundante en las montañas de Francia, España y Portugal. Pero actualmente, el Parque Natural Alt Pirineu en Cataluña es uno de los últimos hábitats de esta especie.

Este peculiar animal tiene el tamaño de un hámster y su pelo espeso es gris y brillante. Su hocico es enorme, en forma cónica, y en su extremo hay una prolongación con forma de trompa móvil, una especie de trompa de elefante en miniatura, provista de pelos sensibles. Sus ojos son muy pequeños y sus patas delanteras son diminutas. Las patas traseras, en cambio, son enormes y con membranas. Su cola es gruesa, larga y aplastada.

La realidad es que se sabe muy poco sobre el desmán de los Pirineos y los científicos están intentando responder preguntas básicas sobre su distribución para valorar cuántos hay y dónde se encuentran. Y es que podría encontrarse amenazado.

Se cree que los cambios en ríos y arroyos, debido, por ejemplo, a la construcción de diques y represas, afectan negativamente los pequeños invertebrados de que se alimentan los desmanes. Otros estudios indican además que esta especie es particularmente sensible a la contaminación acuática.

Por ello es crucial salvaguardar los sitios en los que la especie aún florece.

Además de estos, otro motivo lleva a los científicos a querer desvelar los misterios de este animal: podría resultar una ventana a nuestro pasado.

Hace millones de años había muchas especies acuáticas como él, todas pertenecientes a un grupo animal conocido como Desmaninae. Pero el desmán de los Pirineos es uno de los últimos en esa línea evolutiva. Sólo permanecen esta especie y otra denominada desmán ruso, Desmana moschata, que es más grande que su primo ibérico.

Én definitiva, estamos hablando de especies reliquia.

Para conservar o salvar una especie, es esencial comprender cómo interactúa con su ambiente. Con esta intención y también la de poder desarrollar un plan efectivo de conservación, los investigadores no dudan en desarrollar su trabajo con una enorme dedicación...


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Vídeo extraído de BBC Mundo.

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