sábado, 24 de agosto de 2013

Los lobos modulan su aullido para conectar con otros miembros cuando son separados del grupo

Que los lobos viven en manadas jerarquizadas ya se sabía. Que utilizan sus aullidos para transmitir su estado anímico y comunicarse, también era conocido. Lo que se acaba de averiguar es que cuando uno de los miembros de grupo lo abandona, el resto emite un aullido que es muy diferente en función de la posición que tuviera en dentro de la manada el lobo que se marcha. Esta es al menos una de las principales conclusiones a las que ha llegado un grupo de investigadores y etólogos tras observar y analizar los comportamientos de estos bellos y poderosos mamíferos en el Centro de Ciencias del Lobo de Austria.

La manada de lobos es un círculo fuertemente jerarquizado, con un líder claro al que acompañan dos o tres lugartenientes. Este macho alfa manda y el resto obedece sin discusión. Los líderes son siempre los más fuertes, los primeros en aparearse y en catar la presa que tanto trabajo le cuesta dar muerte a estos cánidos carnívoros que colaboran en el acoso y la caza de sus piezas. Este complejo entramado de relaciones sociales marca la vida de la manada. Pero ahora sabemos que este bello animal que puebla los bosques y montañas de Europa, Asia y América modula unos aullidos que son el máximo exponente de su rico intercambio de mensajes.

«Los resultados alcanzados sugieren que por los distintos tipos de aullido se puede explicar más las relaciones sociales del lobo que su estado emocional», afirma Friederike Range, del Instituto de Investigación Messerli en la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena. «Esto sugiere que los lobos, en cierta medida, son capaces de utilizar sus vocalizaciones de una manera flexible», apunta. Los científicos sabían muy poco acerca de por qué los animales emiten estos sonidos. ¿Son incontrolables respuestas emocionales? ¿O es que los lobos tienen la capacidad de cambiar las vocalizaciones basadas en su propia comprensión del contexto social? Cuando los cuidadores del Centro de Ciencias del Lobo separan a uno de los miembros del resto de la manada, el grupo emite aullidos.

Para entender mejor por qué lo hacen, Range y sus colegas midieron los niveles de la hormona del estrés en los lobos. También recogieron información minuciosa sobre el ejemplar dominante de la manada y sus colaboradores más cercanos. Grabaron además las reacciones de cada uno de los miembros de la manada cuando uno de ellos era apartado del grupo. Estas observaciones muestran que los lobos aúllan más y más fuerte cuando el que abandona el grupo es un ejemplar que tiene una mejor posición dentro de la manada. Asimismo, comprobaron que la cantidad de aullidos no se corresponde con los niveles más altos de la hormona del estrés.

«Nuestros datos sugieren que el aullido no es una respuesta de la tensión por la separación de allegados, sino que es para mantener el contacto con el individuo que ya no está, para ayudarle a reunirse con ellos de nuevo», dice Gama.

Otros estudios sugieren que los lobos también utilizan los aullidos para advertir a otros grupos de su especie que están invadiendo su territorio

También expresan con el aullido su estado anímico, marcan lugares o llaman a las hembras.

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