sábado, 15 de marzo de 2008

La procesionaria se adelanta un mes

El pino mediterráneo sufre, cada año, una terrible plaga. Se trata de la procesionaria (Thaumetopoea pityocampa Schiff), una oruga que forma unos bolsones de seda en las ramas y que cada primavera sale en fila india -de ahí su nombre- tronco abajo. Sin embargo, este año la procesionaria no ha esperado a la primavera. Las altas temperaturas, impropias del invierno, han hecho salir a estos voraces insectos un mes antes de lo previsto.

El presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA), Felipe Rivera, apunta que la bondad de estas temperaturas invernales, de hasta 19ºC, "favorece la aparición de plagas propias de primavera y verano en invierno", como en el caso de la procesionaria del pino, que "normalmente baja de los árboles en marzo, pero que este año ha adelantado su actividad un mes".

Bolsón de oruga colgando de un pino (Foto: PUBLICO).

Enero fue "muy cálido", según la Agencia Estatal de Meteorología, con una temperatura media superior en 1,7ºC a lo normal, situándose en el sexto mes más cálido desde 1971. Y febrero fue también primaveral en el conjunto de España, con récords de temperatura media en puntos de Galicia y Andalucía. En Sevilla, por ejemplo, la temperatura media del invierno ha sido de 13,4ºC, un nuevo récord desde el año 1951. El invierno es su conjunto ha sido cálido (el octavo desde 1971).

Las temperaturas elevadas cambian los hábitos de la oruga y en vez de esperar a la llegada de la primavera, comienza a desfilar hacia el suelo ya en invierno. Y una vez que desciende completa su ciclo y se convierte en mariposa. El daño más grave es la defoliación o pérdida de las acículas por la voracidad de estos insectos, que acaban debilitando al árbol y, en los de menor tamaño, pueden matarlo. En las personas, la procesionaria produce alergia y urticaria. Las orugas prefieren los pinos, pero también se acomodan en cedros y abetos.


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