La hormigas son conocidas por su capacidad para trabajar en grupo y alabadas en todo tipo de fábulas por "poner" el bien común por delante del individual. Sin embargo, una nueva investigación revela que sus colonias son un semillero para desarrollar comportamientos egoístas y corruptos, lo cual las hace muy similares a los seres humanos.
Y parece que todo se debe a la familia real, específicamente a las hormigas machos que llevan el llamado gen "real".
Los científicos descubrieron que algunos machos pasan el gen selectivamente para asegurarse que sus descendientes se conviertan en reinas reproductoras y no simples obreras.
El estudio, publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences de Estados Unidos (Anales de la Academia Nacional de las Ciencias), utilizó las huellas de ADN recogidas en cinco colonias de hormigas forrajeras.
Sus conclusiones revelaron que las oportunidades de una larva de llegar a ser reina dependían, en gran parte, de quién era el padre.
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