Es más. Ahora piden que se permita cazar y que incluso se fomente el comercio local y legal de la carne de caza, siempre que sea controlada y no de animales en peligro de extinción. «Es la única manera de que sea una caza sostenible y no se condenará a nadie a pasar más hambre de la que hay», asegura el Grupo Consultivo de Investigaciones Agrícolas Internacionales (CIFOR), una ONG que promueve el desarrollo humano, la conservación del medio y la equidad.
Los investigadores de este grupo afirman que la «prohibición absoluta del comercio de carne de caza en África central podría tener consecuencias nefastas para los pobres de la región». La causa no sería otra que la extinción a escopetazos de todos los mamíferos, aves reptiles o anfibios dentro de cuatro décadas debido al hambre. Antes que esto ocurriera, se habría exterminado a las especies todavía más vulnerables como los elefantes, gorilas y primates en general.
El cambio de paradigma viene a reconocer que la situación de ilegalidad de la caza sólo beneficia a las mafias de furtivos y establece una economía oculta para los gobiernos y los conservacionistas. De ahí que promuevan la creación de una red de comercios locales y legales donde se pueda vender la carne de caza que no afecta a la conservación y deje beneficios en los pueblos, además de evitar que todo el mundo sea furtivo.
(Muy recomendable).
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