Científicos estadounidenses han logrado devolver la movilidad a unos monos con las extremidades paralizadas gracias a una conexión artificial entre neuronas de la corteza motora y los músculos del brazo, lo que supone un descubrimiento esperanzador para pacientes con daños en la espina dorsal.
En un artículo publicado hoy por la revista científica británica Nature, el equipo investigador, de la Universidad de Washington (EE UU), explica cómo se consiguió generar movimiento en las extremidades estableciendo una ruta alternativa a la espina dorsal con una máquina que conectó directamente el cerebro y los músculos. Así, las señales se transmitieron desde la corteza cerebral que controla el movimiento a las extremidades, de forma que se devolvió, artificialmente, la estimulación eléctrica a los músculos paralizados.
Se trata de la primera demostración de que las conexiones artificiales directas entre las células corticales y los músculos pueden funcionar sin que las señales sigan los naturales caminos fisiológicos, interrumpidos por el daño de la espina dorsal.
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