Los científicos, dirigidos por Karen McComb, observaron las respuestas de 24 caballos a las llamadas de otros caballos para ver si eran capaces de procesos cognitivos de cruce modal similares a los de los humanos en el reconocimiento de voces individuales familiares.
En el experimento, los investigadores analizaron caballos individuales mientras un miembro de la manada era retirado de la vista y después emitían por altavoces la llamada del caballo que había sido apartado, seguida de la llamada de un caballo diferente.
Cuando a los caballos se les mostraba cómo se apartaba a un caballo de la manada pero la llamada que escuchaban era de un animal diferente, respondían más deprisa y miraban en la dirección de la llamada más tiempo que cuando ésta se correspondía con la del caballo que habían visto que se llevaban.
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