El accidente de la mina de Aznalcóllar hace más de 11 años contaminó parte del Parque Nacional de Doñana. Los reptiles vieron minado su hábitat por los el vertido tóxico que fue 100 veces mayor que el del Prestige.
Tras el desastre natural, se redujo gravemente la población de lagartos y serpientes: de las 13 especies de reptiles presentes en los alrededores, sólo una apareció: la salamanquesa común (Tarentola mauritanica).
Para demostrar la necesidad de refugios que ofrecen protección contra predadores, y condiciones microclimáticas, el equipo realizó un experimento que duró cinco años: los investigadores crearon refugios artificiales (120 grupos de troncos de madera) en una parcela experimental de 24 hectáreas. Controlaron así los cambios temporales de la comunidad de reptiles en esta parcela y otra zona sin refugios, próxima y de igual superficie.
El área modificada con los refugios artificiales mostró una recuperación más rápida de la comunidad de reptiles en riqueza de especies y abundancia, con respecto al área de control desprovista de refugios artificiales.
Desde la instalación de nuevos refugios, la comunidad de reptiles creció de 2000-2001 desde una especie, la salamanquesa común, hasta seis especies en 2006. Su abundancia también aumentó al pasar de un individuo por unidad de esfuerzo de muestreo, a más de cinco.
Los resultados sugieren, por tanto, que los programas de restauración paisajística no deben descartar la disponibilidad de refugios para la fauna, un recurso vital para los reptiles mediterráneos que puede ser restaurado con un sistema tan económico como la instalación de troncos de desecho.
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2 comentarios:
Suena bien, me gusta leer tu blog, acaba de agregar a mis favoritos;)
después de Niza. Gracias
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