lunes, 22 de marzo de 2010

La observación turística perturba a los delfines

La observación de delfines comenzó en la cosa sur de Zanzibar en 1992. En la actualidad es uno de los pocos lugares en el mundo donde el turismo ha reemplazado por completo la pesca tradicional del delfín, una actividad que amenazaba la población local de alrededor de 150 delfines nariz de botella.

Ahora, un estudio de la Universidad de Newcastle en Reino Unido que se publica en la revista 'Endangered Species Research' muestra que los barcos de turistas que operan en este área están acosando a los delfines nariz de botella que viven en esta zona de la costa africana del Índico, evitando que descansen, se alimenten y cuiden de sus crías.

Según concluyen los investigadores, los turistas que desean ver a los delfines y nadar con ellos deberían en realidad mantener las distancias especialmente cuando tratan de tocar a los animales (lo que resulta realmente estresante para los delfines) en un intento de proteger a los animales y las comunidades locales que dependen de ellos.

Los autores señalan que la regulación de la industria turística de los delfines es una 'necesidad urgente' para minimizar el posible impacto negativo a largo plazo sobre los animales. Y es que, según explican, la situación actual en Zanzibar es insostenible. La comunidad local depende del turismo, y por ello de los delfines, pero a menos que la actividad se regule los animales se irán.

El estudio además descubrió que cada vez que los barcos de turistas estaban presentes, los delfines se mostraban muy alterados y pasaban menos tiempo alimentándose, socializando o descansando, algo que tiene un impacto negativo, no sólo para los animales individuales, sino para la población al completo, y que a largo plazo podría ser devastador.

Los investigadores observaron a los delfines durante un periodo de 40 días en presencia de los barcos de turistas. El tiempo que los delfines pasaban descansando descendía del 38 por ciento al 10 por ciento del tiempo mientras que el tiempo que pasaban buscando comida y socializando bajó del 19 y el 10 por ciento al 10 y el 4 por ciento, respectivamente.

Mientras tanto, su conducta de viaje aumentó en proporción más del doble, del 33 al 77 por ciento, convirtiéndose en la actividad más dominante durante las interacciones con los barcos de turistas.

Lejos de recomendar que se dejen de pasar vacaciones en la zona, los investigadores concluyen afirmando que sería suficiente con que se actúe de forma responsable y se pidiera a los operadores de los barcos que sigan las reglas existentes para solucionar el problema.

2 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Como todas las cosas de la vida, se trata de hacerlo con respeto y manteniendo las distancias.
Un abrazo

Ralph dijo...

El afan de ganar más a corto plazo puede acabar con la fuente de sus ingresos, pero desgraciadamente suele pasar muy a menudo. No pensamos a largo plazo. Saludos.