El pasado viernes se dió de nuevo el pistoletazo de salida a la temporada anual de caza de focas en la isla canadiense de Terranova con un incrementado incluido de 100.000 ejemplares en la cuota legal de captura, permitiendo el gobierno canadiense apresar un total de 380.000 focas.
La decisión es tremendamente polémica y se cree que responde a criterios puramente políticos, en respuesta a la Unión Europea, que ha prohibido totalmente el comercio de productos derivados de este animal. Una vez cerrado el comercio europeo, Canadá está dirigiendo su mirada hacia China, y el gigante asiático parece estar respondiendo de forma positiva.
Se estima que hoy viven algo menos de siete millones de focas en Terranova, más del triple de las que vivían en la isla en la década de los 70. Este crecimiento en la población de estos animales es la explicación que el Gobierno brinda al incremento de la cuota de caza.
Se escudan también en que de la foca, hoy en día, se aprovecha todo: tradicionalmente, su piel era un producto de lujo, sobre todo la de los cachorros, pero ahora su carne también se utiliza, sobre todo para elaborar piensos animales, y su grasa se usa como aceite para la fabricación de jabones, en el curtido de pieles de animales y como lubricante. Ultimamente se han desarrollado nuevos derivados y se está investigando el uso de válvulas de corazón de focas de Groenlandia en la cirugía cardiovascular humana.
La embajada canadiense se defiende y argumenta que en su país "no se cazan crías de focas desde 1987", que los métodos que se emplean "no son crueles" -la legislación obliga a procedimientos "rápidos e incruentos" y exige que se determine "claramente la muerte del animal" antes de quitarle la piel-, que la caza es sostenible y está controlada por el Ministerio de Pesca y Océanos. Además, ha recordado que la caza de estos animales supone una importante fuente de ingresos para miles de familias.
Por su parte, las protestas de los grupos ecologistas no se han hecho esperar. Este jueves un centenar de personas se dieron cita a la puerta de la embajada canadiense, en Madrid.Bajo el lema 'Canadá, el mundo te mira', los manifestantes se congratularon de la prohibición de la UE y esgrimieron que el gobierno canadiense "ya no tiene ninguna excusa" para seguir aumentando la cuota.
La decisión es tremendamente polémica y se cree que responde a criterios puramente políticos, en respuesta a la Unión Europea, que ha prohibido totalmente el comercio de productos derivados de este animal. Una vez cerrado el comercio europeo, Canadá está dirigiendo su mirada hacia China, y el gigante asiático parece estar respondiendo de forma positiva.
Se estima que hoy viven algo menos de siete millones de focas en Terranova, más del triple de las que vivían en la isla en la década de los 70. Este crecimiento en la población de estos animales es la explicación que el Gobierno brinda al incremento de la cuota de caza.
Se escudan también en que de la foca, hoy en día, se aprovecha todo: tradicionalmente, su piel era un producto de lujo, sobre todo la de los cachorros, pero ahora su carne también se utiliza, sobre todo para elaborar piensos animales, y su grasa se usa como aceite para la fabricación de jabones, en el curtido de pieles de animales y como lubricante. Ultimamente se han desarrollado nuevos derivados y se está investigando el uso de válvulas de corazón de focas de Groenlandia en la cirugía cardiovascular humana.
La embajada canadiense se defiende y argumenta que en su país "no se cazan crías de focas desde 1987", que los métodos que se emplean "no son crueles" -la legislación obliga a procedimientos "rápidos e incruentos" y exige que se determine "claramente la muerte del animal" antes de quitarle la piel-, que la caza es sostenible y está controlada por el Ministerio de Pesca y Océanos. Además, ha recordado que la caza de estos animales supone una importante fuente de ingresos para miles de familias.
Por su parte, las protestas de los grupos ecologistas no se han hecho esperar. Este jueves un centenar de personas se dieron cita a la puerta de la embajada canadiense, en Madrid.Bajo el lema 'Canadá, el mundo te mira', los manifestantes se congratularon de la prohibición de la UE y esgrimieron que el gobierno canadiense "ya no tiene ninguna excusa" para seguir aumentando la cuota.
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