martes, 30 de noviembre de 2010

Un festín para los descendientes de Hanuman

Cada año a finales de noviembre, los vecinos del pueblo tailandés de Lopburi invitan a los descendientes del dios simio Hanuman a un festín con todo tipo de platos elaborados. Así, disponen multitud de frutas, verduras, gelatinas, golosinas y dulces para celebrar el Festival de los Monos en el templo Prang Sam Yot, a casi 200 kilómetros al norte de Bangkok.

En esta ocasión prepararon una impresionante montaña para homenajear a los macacos. Cuatro toneladas de comida dispuesta en forma de pirámide entre las que se podían apreciar piñas, calabazas, sandías, girasoles y un sinfín de frutas y verduras.

Los monos, según cuentan los asistentes, llegan a ser tan impertinentes que se meten bajo las faldas de las chicas, pero aún así los tailandeses los siguen venerando debido a su ascendecia divina.

Además del banquete, los macacos, y todos los asistentes, pudieron disfrutar de un espectáculo de música y baile tradicional -una coreografía de jóvenes tailandeses disfrazados de monos- y los discursos de las autoridades del lugar.

Pero hasta que empezó la comida, los animales más jóvenes saltaban sobre los vecinos y turistas que se habían acercado a las inmediaciones del templo para disfrutar del festival. Les mordían el pelo o rebuscaban en sus bolsillos y mochilas en busca de objetos brillantes -los más codiciados por los simios- mientras que los ejemplares adultos se dedicaban, principalmente, a comer.

Pese a todos los incovenientes, muchos tailandeses creen que alimentar a los macacos les traerá buena suerte, aunque los monos les pueda robar la botella de agua, la cartera, la cámara de fotos o los collares, con total impunidad. Obviamente, este acto también es bueno para el turismo, ya que, cada año, acercan más gente para conocer tan singular festival.

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Puedes ver una bonita galería fotográfica pinchando en este enlace.

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