sábado, 12 de marzo de 2011

Las ovejas, más inteligentes de lo que se creía

Con fama de insulsos animales de granja con pocas luces, dos científicas de la Universidad de Cambridge sometieron a siete ovejas a pruebas cognitivas para demostrar que son unos animales estupendos para estudiar enfermedades neurológicas, como la enfermedad de Huntington.Pasaron el examen con nota.

Durante 21 días entre marzo y junio de 2010, siete ovejas Welsh Mountain se sometieron a diferentes pruebas cognitivas, cada vez más complejas. Durante una de ellas, las ovejas aprendían a escoger entre dos cubos, uno azul y otro amarillo. La diferencia entre los dos recipientes era que sólo el azul contenía un premio en forma de comida. Las participantes aprendieron a escoger el cubo correcto, hasta que un día la recompensa pasó a estar en el cubo amarillo. No obstante, las ovejas terminaron por aprender que la comida había cambiado de cubo en un proceso que llamado aprendizaje inverso.

En otro experimento aún más intrincado, las ovejas tenían que acertar dónde estaba el premio, pero eligiendo esta vez entre cubos iguales. Ahora, la diferencia entre los dos recipientes estribaba en el color -azul o amarillo- de unos conos situados cerca de los cubos y, de nuevo, las ovejas aprendieron el procedimiento correcto.

Más adelante, las investigadoras cambiaron el color de los cubos -morados y verdes- e incluso la propia forma de los recipientes. Dio igual. Las Welsh Mountain siempre acaban por aprender dónde estaba la recompensa.

Las investigadoras seleccionaron a las siete ovejas cuando sólo tenían cinco meses y el experimento se llevó a cabo cuando alcanzaron el año. Sólo seis de las siete Welsh Mountain completaron todas las pruebas una de ellas se rompió una pata y le faltaron dos días de pruebas.

Las ovejas vivían en un complejo especialmente diseñado para ellas y pasaban las pruebas en instalaciones divididas en ocho rediles. Cada redil estaba separado a su vez por una pequeña valla para establecer dos respuestas por habitáculo. Cuando la oveja acertaba el cubo correcto, se comía su premio y pasaba al siguiente redil. Por el contrario, si fallaba, tenía que esperar 20 segundos antes de volver a probar suerte.

Otras habilidades ovinas incluyen clasificar familias de vegetales y reconocer las caras de otras ovejas de su rebaño. De hecho, cuando están asustadas les tranquiliza ver fotografías de otros semejantes -sobre todo si les son conocidos-.

Además, también pueden reconocer, diferenciar y recordar las caras de las personas con las que han convivido y son capaces de recordar su rostro hasta dos años después.


3 comentarios:

Lillu dijo...

Ya sabía yo que "Las ovejas de Glennkill" tenían que existir... :P

saluditos

Susana Terrados dijo...

Que sí, que sí...que lo son. cuando las ves en su habitat y convives un poco con ellas te das cuenta que tontas, lo que se dice tontas no son.
Besotes.

YoSabina dijo...

¡Qué lindo! ¡Ovejitas!

YoSabina