Las tortugas marinas pueden percibir el campo magnético terrestre y lo utilizan para establecer mapas geográficos que les permiten migrar entre sus playas natales y sus áreas de forraje. Estos son los resultados de un estudio realizado por la Universidad Autónoma de México.
Aunque la idea de que las tortugas poseen un campo sensorial magnético no es nueva, hasta ahora no se había podido confirmar esta teoría. Los investigadores emplearon ejemplares de tortuga negra (Chelonia agassizi) y les aplicaron estímulos magnéticos controlados.
De esta forma identificaron a un grupo de neuronas que se activan en el ojo y constataron que éste es el órgano receptor primario de la información magnética percibida. El responsable de la transformación de datos magnéticos en señales eléctricas neuronales se realiza por cristales de óxido de hierro, un elemento que también está presente en el ojo.
Además, los científicos encontraron cambios en los potenciales eléctricos del cerebro y una modificación en los patrones de nado cuando les aplicaban estímulos magnéticos.
Esto demuestra que las tortugas son capaces de interpretar la información magnética ambiental y tomar decisiones a partir de la misma. Esta extraordinaria capacidad les permitiría realizar sus grandes migraciones o recordar con precisión la ubicación de su playa de nacimiento, incluso después de varias décadas de vida.
Aunque la idea de que las tortugas poseen un campo sensorial magnético no es nueva, hasta ahora no se había podido confirmar esta teoría. Los investigadores emplearon ejemplares de tortuga negra (Chelonia agassizi) y les aplicaron estímulos magnéticos controlados.
De esta forma identificaron a un grupo de neuronas que se activan en el ojo y constataron que éste es el órgano receptor primario de la información magnética percibida. El responsable de la transformación de datos magnéticos en señales eléctricas neuronales se realiza por cristales de óxido de hierro, un elemento que también está presente en el ojo.
Además, los científicos encontraron cambios en los potenciales eléctricos del cerebro y una modificación en los patrones de nado cuando les aplicaban estímulos magnéticos.
Esto demuestra que las tortugas son capaces de interpretar la información magnética ambiental y tomar decisiones a partir de la misma. Esta extraordinaria capacidad les permitiría realizar sus grandes migraciones o recordar con precisión la ubicación de su playa de nacimiento, incluso después de varias décadas de vida.
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