sábado, 7 de abril de 2012

Algunos elefantes africanos nacen sin colmillos

Los elefantes del Parque Nacional de Gorongosa, en Mozambique, tienen una rareza fisonómica que los hace especiales en África. En este parque se ha observado una creciente población de paquidermos que carece de colmillos o los tiene excesivamente cortos. ¿La razón? "Los veterinarios dicen que el estrés ha acabado con sus colmillos", responde el director del centro, Mateos Mutemba.

La historia comienza años atrás, en los tiempos en los que este antiguo edén de vida animal se convirtió en un sangriento campo de batalla donde las principales víctimas fueron los animales. La masacre ocurrida, en la que la población de elefantes pasó de 2.200 ejemplares a algo más de 70, ha dejado huella en la memoria de unos animales que aprendieron que portar marfil era sinónimo de muerte.

En el año 1974, antes de la independencia de la hasta entonces colonia portuguesa, este parque mozambiqueño tenía la mayor densidad de animales de todos los parques africanos. Tras la independencia, en 1977, el país vivió hasta 1992 un conflicto interno entre las huestes de Frelimo y Renamo que desembocó en una guerra sangrienta que asoló especialmente las zonas rurales y las reservas de animales.

En Gorongosa el conflicto fue especialmente cruento y las guerrillas encontraron en el marfil de los colmillos de los elefantes una forma de pagar sus gastos armamentísticos.

Ahora, 20 años después del final del conflicto, los científicos han observado una rareza de difícil explicación: Los elefantes de este parque no desarrollan sus colmillos con normalidad. La razón puede ser su memoria, el recuerdo de que su marfil era la causa de que fueran cazados de forma indiscriminad.

Esta es la teoría más extendida, aunque el director científico del parque comparte sólo el diagnóstico de la causa pero alarga la fecha de comienzo del cambio genético. Afirma que, aunque aunque tros científicos sí fijan en los últimos 20 años esa modificación física, resulta poco probable que en una sola generación se pueda modificar un comportamiento genético resultando posible que la caza que se ha hecho en el lugar de estos animales en los dos últimos siglos sea la causante de este comportamiento.

Los responsables de este idílico y renacido edén, aún no copado por hordas de turistas, han decidido intentar acabar con esta rareza. "Hemos traído en 2009 seis elefantes machos de Sudáfrica con grandes colmillos para que haya una nueva mezcla genética", explica Vasco Galante, responsable de comunicación de Gorongosa. Lo cierto es que la repoblación afecta a todo tipo de especies además de a los paquidermos. En términos generales, la fauna ha crecido un 30 por ciento en los últimos cinco años.

Pero los colmillos no son el único cambio, los paquidermos muestran aún un cierto recelo a los humanos.

Sin embargo, poco a poco se está llegando a un nuevo escenario en el que animales y hombres vuelven a tener una pacífica convivencia. Los elefantes comienzan a comprobar que ya no son masacrados en busca de su marfil y los humanos ya sólo se preocupan de que los animales no traspasen el río y coman de sus huertos y frutales. Los colmillos de los elefantes sólo necesitan olvidar el horror para volver de forma mayoritaria a Gorongosa.

1 comentario:

albers dijo...

Me gusta mucho el cambio de lux en tu mundo animal!

Un gran abrazo de Pascuas desde mi Argentina!