La Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Duero-Douro, que agrupa a 63 localidades fronterizas entre España y Portugal, presentó el Proyecto Self-Prevention, con el que pretende reintroducir 150.000 cabras en la denominada Raya con Portugal para limpiar de forma natural los montes, contribuyendo a acabar con los innumerables incendios que sufren cada año esas localidades.
El proyecto, que necesitará una inversión cercana a los 50 millones de euros, pretende crear más de 500 puestos de trabajo. Para ello, además de los puestos de ganaderos y pastores que espera crear, la iniciativa pretende construir 12 queserías, 15 tiendas de comercialización del cabrito y productos lácteos transformados, dos mataderos, una plataforma de distribución y transporte, y una planta central de comercialización. También se pretende explotar una central de biomasa para generar energía eléctrica, utilizando la materia orgánica de estas localidades. Además, se crearían diversos recursos turísticos en torno a la cabra.
Con esta propuesta, la AECT, cuyo modelo de gestión está siendo copiado por otros países europeos, pretende convertirse en un revulsivo para el oeste español, que es una de las zonas más pobres y abandonadas por las Administraciones regionales y nacionales. El objetivo es alcanzar una facturación anual de 30 millones de euros de la venta de la leche y sus derivados, así como de los cabritos que se vendan para carne.
El proyecto fue presentado en la localidad portuguesa de Guarda, puesto que cuenta con el compromiso del Gobierno portugués de apoyar el 50% de la financiación necesaria, según desveló el director general de la AECT, José Luis Pascual, al considerarlo "un proyecto esencial para asegurar el desarrollo rural defendiendo las áreas forestales del territorio".
La AECT pretende implantar este modelo de gestión mediambiental, basado en "limpiadoras naturales", en su ámbito de actuación, que se extiende por un territorio fronterizo de 9.000 km² y 125.000 habitantes.
El proyecto, que necesitará una inversión cercana a los 50 millones de euros, pretende crear más de 500 puestos de trabajo. Para ello, además de los puestos de ganaderos y pastores que espera crear, la iniciativa pretende construir 12 queserías, 15 tiendas de comercialización del cabrito y productos lácteos transformados, dos mataderos, una plataforma de distribución y transporte, y una planta central de comercialización. También se pretende explotar una central de biomasa para generar energía eléctrica, utilizando la materia orgánica de estas localidades. Además, se crearían diversos recursos turísticos en torno a la cabra.
Con esta propuesta, la AECT, cuyo modelo de gestión está siendo copiado por otros países europeos, pretende convertirse en un revulsivo para el oeste español, que es una de las zonas más pobres y abandonadas por las Administraciones regionales y nacionales. El objetivo es alcanzar una facturación anual de 30 millones de euros de la venta de la leche y sus derivados, así como de los cabritos que se vendan para carne.
El proyecto fue presentado en la localidad portuguesa de Guarda, puesto que cuenta con el compromiso del Gobierno portugués de apoyar el 50% de la financiación necesaria, según desveló el director general de la AECT, José Luis Pascual, al considerarlo "un proyecto esencial para asegurar el desarrollo rural defendiendo las áreas forestales del territorio".
La AECT pretende implantar este modelo de gestión mediambiental, basado en "limpiadoras naturales", en su ámbito de actuación, que se extiende por un territorio fronterizo de 9.000 km² y 125.000 habitantes.
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