Michael Valenzuela de la Universidad de New South Wales en Sydney, Australia, y sus colegas, usaron un escáner cerebral para analizar el cerebro de 11 perros recién sacrificados y dos con vida. Los perros pertenecían a una raza que ha sido criada durante miles de años para tener, entre otras características, hocicos de diferentes longitudes.
Descubrieron que en los perros con hocicos más cortos el cerebro se había desplazado hacia delante hasta 15 grados. También observaron que el lóbulo olfativo situado en la parte frontal del cerebro, se había desviado hacia abajo, según el estudio.
Esto supondría la evidencia que sugiere que la reproducción selectiva para cumplir con determinadas características físicas en estándares de la raza ha tenido un impacto en la organización del cerebro, lo que, según el investigador, podría ayudar a explicar por qué los perros de hocico largo son mejores en trabajos en los que se requiere el olfato, como detectar drogas, que las razas de hocico corto.
Los científios aún no son plenamente conscientes de qué efectos podría tener esto en la salud de las diferentes razas de perros. Sin embargo, una cosa sí está clara: jugar a manejar a la madre naturaleza para variarlo todo a nuestro antojo y, peor aún, para nuestro propio beneficio, siempre trae consigo conseuencias más o menos graves.
Descubrieron que en los perros con hocicos más cortos el cerebro se había desplazado hacia delante hasta 15 grados. También observaron que el lóbulo olfativo situado en la parte frontal del cerebro, se había desviado hacia abajo, según el estudio.
Esto supondría la evidencia que sugiere que la reproducción selectiva para cumplir con determinadas características físicas en estándares de la raza ha tenido un impacto en la organización del cerebro, lo que, según el investigador, podría ayudar a explicar por qué los perros de hocico largo son mejores en trabajos en los que se requiere el olfato, como detectar drogas, que las razas de hocico corto.
Los científios aún no son plenamente conscientes de qué efectos podría tener esto en la salud de las diferentes razas de perros. Sin embargo, una cosa sí está clara: jugar a manejar a la madre naturaleza para variarlo todo a nuestro antojo y, peor aún, para nuestro propio beneficio, siempre trae consigo conseuencias más o menos graves.
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3 comentarios:
¿Seguramente serán bastantes las especies afectadas de formas similares por la cría selectiva no? Cuánto daño hacemos a la naturaleza...
Basta fijarnos en los bulldogs, raza que hoy en día son incapaces de procrear por sí solos, necesitan de asistencia y por supuesto cesárea, con los consiguientes riesgos para la madre...
Cualquier cosa llevada al extremo termina siendo abominable.
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