Acostumbrada a comer hamburguesas, patatas fritas y chucherías durante toda su vida, Oshine va habituándose poco a poco a la estricta dieta que sigue en un centro de recuperación de simios en el sur de Inglaterra al que ha sido trasladada desde Sudáfrica con el objetivo de perder esos kilos que le sobran y que amenazan su salud. Y es que esta hembra de orangután de 13 años ha llegado a pesar 100 kilos, el doble de lo recomendado para su tamaño.
Su gran peso afecta también a su movilidad. Por ello, el programa del centro Monkey World para ponerla en forma tiene muy en cuenta la actividad física: Oshine da paseos regularmente por las instalaciones en compañía de sus cuidadores y se ejercita con otros orangutanes en columpios.
El caso de este simio es un nuevo ejemplo de las dañinas consecuencias de transmitir a los animales malos hábitos y de alimentarlos con comida humana. De hecho, en los países desarrollados, la obesidad es ya una de las principales patologías de los animales de compañía. Al exceso de calorías se añade con frecuencia la falta de ejercicio físico, una combinación perfecta para el sobrepeso.
El pan, las hamburguesas, las patatas fritas, las golosinas y los cereales formaban parte de la dieta de Oshine en Sudáfrica. Allí vivió hasta que su propietaria se dio cuenta de que ya no podían cuidar de ella. En el año 2008 su dueña contactó con Monkey World, un centro situado cerca de Wareham, en Dorset, que en la actualidad acoge a unos 230 simios. Metida en una gran jaula especialmente diseñada para ella, el animal voló durante más de diez horas hasta Londres, adonde llegó el pasado 31 de agosto.
En la actualidad, sólo toma dos comidas al día, que incluyen fruta (ciruelas, manzanas y uvas), verduras y vegetales (pepinos o remolacha) y una cucharada de yogurt natural. Además, un par de veces por semana come pollo o huevos. Su dieta se parece ahora más a la de los orangutanes que viven en libertad, que se alimentan fundamentalmente de fruta. Estos animales, que también suelen tomar flores, plantas, miel, huevos de aves, insectos y ranas, emplean alrededor de un tercio de su tiempo en buscar comida.
A pesar del cambio radical en su estilo de vida, los cuidadores de Oshine creen que tardará varios meses en alcanzar un peso adecuado. Asimismo, a medida que adelgace y se habitúe a su nuevo hogar, irá aprendiendo también el comportamiento de los miembros de su especie. En Monkey World esperan que allí conozca a un compañero y forme su propia familia.
Su gran peso afecta también a su movilidad. Por ello, el programa del centro Monkey World para ponerla en forma tiene muy en cuenta la actividad física: Oshine da paseos regularmente por las instalaciones en compañía de sus cuidadores y se ejercita con otros orangutanes en columpios.
El caso de este simio es un nuevo ejemplo de las dañinas consecuencias de transmitir a los animales malos hábitos y de alimentarlos con comida humana. De hecho, en los países desarrollados, la obesidad es ya una de las principales patologías de los animales de compañía. Al exceso de calorías se añade con frecuencia la falta de ejercicio físico, una combinación perfecta para el sobrepeso.
El pan, las hamburguesas, las patatas fritas, las golosinas y los cereales formaban parte de la dieta de Oshine en Sudáfrica. Allí vivió hasta que su propietaria se dio cuenta de que ya no podían cuidar de ella. En el año 2008 su dueña contactó con Monkey World, un centro situado cerca de Wareham, en Dorset, que en la actualidad acoge a unos 230 simios. Metida en una gran jaula especialmente diseñada para ella, el animal voló durante más de diez horas hasta Londres, adonde llegó el pasado 31 de agosto.
En la actualidad, sólo toma dos comidas al día, que incluyen fruta (ciruelas, manzanas y uvas), verduras y vegetales (pepinos o remolacha) y una cucharada de yogurt natural. Además, un par de veces por semana come pollo o huevos. Su dieta se parece ahora más a la de los orangutanes que viven en libertad, que se alimentan fundamentalmente de fruta. Estos animales, que también suelen tomar flores, plantas, miel, huevos de aves, insectos y ranas, emplean alrededor de un tercio de su tiempo en buscar comida.
A pesar del cambio radical en su estilo de vida, los cuidadores de Oshine creen que tardará varios meses en alcanzar un peso adecuado. Asimismo, a medida que adelgace y se habitúe a su nuevo hogar, irá aprendiendo también el comportamiento de los miembros de su especie. En Monkey World esperan que allí conozca a un compañero y forme su propia familia.
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1 comentario:
Qué lindo que se preocupen por ayudarla, seguro que lo consigue y será una mamá orangutana divina.
Besitos.
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