miércoles, 29 de agosto de 2012

El mapache puede contagiar enfermedades a otros animales autóctonos

Por su procedencia exótica y su rápida expansión desde los años 70, el mapache es considerado especie invasora en Europa. Sin embargo, en la mayoría de los países europeos no se controla el comercio de este animal, que aunque bien puede parecerse a un peluche tierno e indefenso, tras escapar, se adapta y sobrevive en nuevos entornos naturales.

Procedente de Norteamérica, esta especie se ha establecido por toda Europa a través de la caza y la peletería así como por su adquisición como mascota, debiéndose el éxito de la expansión de este pequeño carnívoro oportunista a su gran capacidad de adaptación en diversos entornos, sus hábitos alimentarios omnívoros, un alto potencial reproductivo y la ausencia de predadores naturales.

Recientemente un equipo de investigación liderado por Beatriz Beltrán-Beck (investigadora del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos) ha recopilado toda la información sobre las enfermedades infecciosas y parasitarias que los mapaches pueden transmitir, para evaluar el riesgo de propagación de las infecciones y las posibles medidas de control.

Los datos confirman que la rabia y un parásito muy patógeno para el hombre (Baylisascaris procyonis), encontrado en Alemania, son algunas de las enfermedades especialmente importantes relacionadas con el mapache. Pero a ellas se suman el virus West Nile, cuya infección afecta a humanos, aves y equinos, así como enfermedades bacterianas.

Aunque en Europa occidental la rabia se ha eliminado gracias a la vacunación oral de zorros, existe preocupación por la posibilidad de que el mapache complique la situación de algunas regiones del este de Europa donde sigue existiendo rabia. En los últimos años se han identificado hasta 142 casos de rabia en mapaches, sobre todo en Ucrania, Estonia, Alemania y Lituania.

El pequeño carnívoro americano es además el hospedador definitivo del nemátodo Baylisascaris procyonis, que provoca una importante contaminación medioambiental y es responsable de la Larva migrans. Esta última es una enfermedad causada por la migración larvaria y persistencia de este parásito bajo la piel, en el cerebro y en otros órganos, y emergente y en expansión en Europa (antes solo existía en América).

Ante estos riesgos y dada la "ausencia total de conocimiento de la biología, ecología, distribución y densidad de población del mapache en Europa", los responsables de estudio afirman que "son necesarios más estudios epidemiológicos sobre su estado sanitario actual y la puesta en marcha de medidas que limiten los posibles impactos negativos del establecimiento de los invasivos mapaches".


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