lunes, 9 de julio de 2012

¿Cómo pueden las musarañas bucear en aguas gélidas sin congelarse?

Científicos canadienses investigaron cómo los sorícidos, conocidos vulgarmente como musarañas y considerados los mamíferos buceadores de menor tamaño, logran sumergirse para atrapar a sus presas sin morirse de frío.

Los estudios sobre especies buceadoras se habían centrado hasta ahora en animales de mayor tamaño, como focas o pingüinos. Pero Campbell y sus colegas querían investigar el otro extremo de la escala. El científico ha venido investigando durante una década a una diminuta especie de sorícido de Norteamérica, Sorex palustris, que tiene un peso máximo de 17 gramos.

Estos animales, del tamaño de un dedo humano, son conocidos por su apetito voraz y deben consumir cada día al menos el equivalente a todo su peso corporal para sobrevivir. Si bien son animales terrestres buscan sus presas en el agua, buceando para atrapar caracoles, cangrejos de río y libélulas.

Por su tamaño diminuto cabría esperarse que las musarañas fueran buceadores poco efectivos, al resultar más susceptibles a la hipotermia. En teoría, los animales que bucean deberían permanecer sumergidos la mayor cantidad de tiempo posible para aumentar la probabilidad de atrapar una presa. Por eso la mayoría de las especies que bucean son grandes, porque cuanto mayor sea el tamaño del animal más oxígeno puede transportar.

Las musarañas tienen una capacidad relativa de transportar oxígeno elevada, pero lo científicos querían comprender mejor cual es la estrategia de supervivencia del pequeño animal.

Al contrario que los mamíferos más grandes, que reducen su temperatura corporal para ahorrar energía y mantenerse en el agua la mayor cantidad de tiempo posible en busca de presas, estos pequeños animales hacen lo contrario: incrementan su temperatura hasta en un grado y medio y se sumergen por períodos cortos en las aguas heladas.

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores midieron la temperatura de la musaraña antes, durante y después de bucear en un tanque diseñado para simular un hábitat natural. Posteriormente, variaron la temperatura del tanque desde 30 grados centígrados (una temperatura cercana a la del cuerpo del animal) hasta los tres grados, la temperatura invernal en los sitios que habita comúnmente en Estados Unidos y Canadá.

Para elevar su temperatura, las musarañas tiemblan agitando su cuerpo rápidamente o usan un tejido graso común en mamíferos que puede generar calor.

Los responsables de este estudio piensan que se produce este aumento en su temperatura corporal para potenciar su sistema sensorial, ya que las musarañas tienen sentidos sofisticados de audición y tacto que incrementan su capacidad de cazar. Cualquier descenso de temperatura corporal tendría un impacto negativo en estos sistemas sensoriales.


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1 comentario:

Nautica dijo...

Excelete material, fondo enigmatico y rico y las fotografías super claras. Gracias por compartir